26.12.04

destino final.

Mientras escribo este post, pasa mi última noche como soltero-con-la-novia-a-3000-km-viviendo-sólo...

Y no, no es que llegué mañana Sarah, pero mañana viene Peter a España, mañana domingo (ya hoy) estaré a las 23:00 en el aeropuero Ruiz Picasso de Málaga... allí estaremos Jaime y yo, y a continuación... a emborracharse!

Mañana, pasado y los siguientes dos días no estaré sólo en casa... habrá visita, estará Peter y seguro que lo pasamos muy bien, veremos a gente que hacía tiempo no veíamos y de repente... llegará el jueves 30 y Sarah llegué a su (nuestro) destino final.

Así que bueno... esta noche es como la despedida de este periodo de mi vida.

Me siento algo raro.

¿Feliz Navidad?

No... no soy yo muy navideño, la verdad.
Ni un solo detalle decorativo en casa, no hay polvorones ni mantecados... y bueno, no mucho turrón (aunque si que ha caido una tableta del del blando a estas alturas de la peli)
La Navidad es uno de esos tiempos en que todo está predefinido de antemano: se supone que hay que ser feliz por cojones, especialmente el día 24 y el 25... y eso porqué?
Realmente somos conscientes del porqué nos juntamos todos a cenar el día24?. Se supone que es porqué celebramos con gran alegría que nace el niño Jesús... pués que bien, no?
Una fiesta religiosa, en suma.
Anoche , después de cerrar a las 8 y vender algo más de lo esperado, una ducha y a casa de mis padres... Una visita al piso de arriba dónde mis tios, aun divorciados, siguen cenando incomprensiblemente juntos esa noche... sólo porqué es nochebuena (??)
Una vez cumplido el trámite, bebido una copa de tinto con ellos y comido alguna que otra gamba, bajo a casa. Mi abuela ya hace rato que se sentó, igual que mis abuelos maternos. La mesa está lista y es lo de siempre... chacina, gambas, los dos cestitos de pan y las copas y la vajilla que sólo se sacan en Navidad y en los cumpleaños (los que no son en el restaurante de siempre).
Después, el cordero para nosotros y la merluza frita para mi abuela... que no come ya carne porque dice que está dura. Tooodos los años mi madre le prepara a su suegra merluza frita y tooodos los años mi abuela pregunta que cómo la prepara, que está muy buena...
Mientras tanto, la discusión de la tele... que si este año sale no-sé-quien en la primera, que si qué poca gracia tienen los del canal sur, que si está muy alto...
Luego llegan los pasteles y los bombones, y finalmente el champán.
Después, baja mi tío, que ya tiene bastante con lo que tiene arriba, y se pide un beefeater con limón... critica todo lo que esté saliendo en la tele y poco después, su madre y abuela mía decide que ya es muy tarde (las 12 o así...) y alguién tiene que buscarse el chaquetón y acompañarla a casa... este año le tocó a mi hermana.
Para entonces, mi madre hace ya un rato que ha optado por desaparecer y está en la cocina limpiandolo todo, quizás huyendo de mi tío, su cuñado, al que no soporta, quizás huyendo de una posible conversación acerca del trabajo que pudiese acabar en discusión y malas caras...
Entonces, mis abuelos pasan al sofá y la tele es aún más protagonista... sólo espero el momento de que suene el móvil para ver si sale algún plan y que aquello no se alargue demasiado. Este año no estuvo mal... al final acabé en una fiesta en una casa dónde estaba Fabián, Juan y demás conocidos suyos... Yael, María Fernanda, Eve, Walter...
Fue lo mejor de la noche. Un poco me recordó a cuándo era Erasmus. Era el tipo de casa y el tipo de gente de ese ambiente... y estuvo bien. Bailamos, hablamos, bebimos, reimos, en inglés, en español... todo muy Erasmus, ya digo.
Y hasta antes de ese momento, esa es la nochebuena. Noche que es exactamente igual a la nochevieja exceptuando que hay que tomarse las uvas, que mi abuela se cree que no nos va a dar tiempo de haber terminado la cena para estar listos y que en vez de llevarla a casa a las 12, es a las 12 y media.
Cada año me apetece menos todo esto...
No penseis mal... por supuesto que quiero a mi familia. (Sobre todo a mi abuelo, que es el mejor), y sé que algún año, cada vez más cercano, alguno de los que se sienta a la mesa faltará y será aun menso buena la noche... pero realmente, NOCHEBUENA debería ser otra cosa.
Las noches buenas son las que realmente te apetece reunirte con el que va a acompañarte a la mesa. Por qué tiene que ser el día 24 de diciembre por decreto?, además... si fuéramos una familia medianamente religiosa o amante de las tradiciones navideñas... pero ni un villancico, no vamos a la misa del Gallo, ya no pone mi madre el árbol ni el belén...
La Navidad tendría que ser o parecerse al menos a aquella de los 15 años, la de quedar con los del colegio después de la cena para cantar, villancicos preferiblemente... incluso paa actuar en el Coro en la misa del Gallo del Cautivo, aquel año.
O si no puede ser así, que fuera como cuando vivíamos los cuatro (mi hermano no había nacido) en Las Golondrinas, y todos los vecinos nos juntábamos... íbamos cantando por las escaleras y todas las puertas estaban abiertas.
Pero ya nada de eso pasa... Creo que la Navidad sólo volverá a ser ilusionante cuando algún día sea padre y vuelva a haber ilusión por una cabalgata o por una mañna de 6 de enero.
Ahora, no sólo hay que ser feliz por decreto el 24 y el 25, regalar el día 6 de enero (porque aunque yo no sea muy navideño, mucho menos me niego a regalar el 25... Papá Noel merecería un post para él solito, equiparable al de Halloween), también te sientes culpable si no enviaste Christmas a la gente, e incluso no sabes que es peor, si no recibirlo o que te feliciten las fiestas por e-mail...
Bah... para mí lo único bueno de la Navidad es que uno está más proclive a los buenos sentimientos... y te decides a llamar a esa persona que hace tiempo que pensaste que deberías haber llamado.
Y eso hice anoche. Llamé a Gabi y a Ana, aquel matrimonio joven que conocí en el 98, visitando la Semana Santa y que venían por parte de la familia de mi ex-novia y que, cosas del destino, el que mantuvo el contacto con el paso de los años fui yo.
Pero ya hacía tiempo que no sabía nada de ellos... demasiado. Y realmente me alegré mucho de hablar con ellos, de retomar el contacto, de escribir su nueva dirección...
Sí... esas son cosas buenas de la Navidad. Los buenos propósitos. Después de aquel rato al teléfono, la idea de escribirles de nuevo una carta, de revivir una amistad que nunca debió enfriarse....
Buenos propósitos... Sí... Yo no os deseo una Feliz Navidad. No creo mucho en ella, pero eso sí, os desearé todo lo mejor para el 2005... pero eso será la semana que viene.

23.12.04

Una semana.

Tenía las dos cisternas de los cuartos de baño estropeadas... ya están arregladas.

Se me acabó de estropear la ducha y ya no subía al agua caliente a la misma... ducha nueva.

El microondas empezaba a fallar demasiado... ya está listo en su sitio de nuevo.

Tenía una lámpara de cruce del coche fundida: ya está sustituida.

Desde hace más de un año que no funcionaba el CD del coche: arreglado.

De este modo, así podré ir a recoger a Sarah con total tranquilidad al aeropuerto de Málaga, ya sea de noche o de día, escuchando la música que nos gusta.

Y así, ya está todo listo para que mi novia llegue a su casa.

Porque lo que nunca faltaron fueron ganas de que llegara el día 30...

Una semana.

18.12.04

sábanas frías

Ha pasado más de una semana y la cosa funciona: sigo saliendo a correr.
Diez después se van formando las pequeñas rutinas. De momento, aún no he salido de día... lo que tampoco es tan difícil porque ahora mismo a las 18:30 es de noche, pero sí: ya se sabe que soy nocturno, poco amigo de madrugar, de saber lo que es una mañanita... mucho menos para ir a hacer footing.
Pero me gusta. Me gusta que una vez que bajo las escaleras que dan al paseo de Torneo junto al agua del Guadalquivir, con mi crono a cero y la primera canción del mp3 sonando, la primera imagen sea el río.
El agua es un espejo. Un espejo de luces y reflejos... reflejos del puente del Alamillo, de las instalaciones de alto rendimiento de la Cartuja y de faroles del otro lado de río, allí en la isla. Me gusta porque el reflejo es inalterable... hace ya tiempo que los últimos remeros y piragüistas recogieron sus cosas... no pasa ni un barco ya de esos para turistas. El agua no se mueve y te acompaña en la carrera.
Hay silencio de noche. Nadie molesta tu camino y son pocos ya los que como tú, deciden salir a correr... cada uno tendrá su historia. Ves quién, como tú, se dejó ir un poco y necesita ponerse en forma. Ves quién corre porque es parte de su día a día, notas a quién doblarías en un sprint y quién te sacaría el higado si intentaras correr a su ritmo...
A esa hora, lo que tenía que hacer en el día probablemente ya haya pasado. Esos minutos de sudar y de esfuerzo es el final de tus "obligaciones"... y en esos momentos estoy despejado.
Y así lo noto. Cuándo aún no he pasado por debajo de la Barqueta mi mente está fresca. Pienso mucho en el blog... me asaltan potenciales temas sobre posts, y cómo me gustaría incluir esta o aquella frase. Ordeno los párrafos y selecciono posibles fotos que le darían ese toque de realidad palpable a mis vivencias.
Pensaba anoche, cuándo corría escuchando a Maná a todo volumen (cómo ayuda tener una música con ritmo movido para animarte al esfuerzo!) cómo sería el post que escribiría a continuación...
Entonces, empezó a sonar "sábanas frías"...

"Cómo me duele este frío aquí en mi cama.
Cómo yo extraño tus besos en madrugada.
Quisiera dormir, amor, sobre tus pechos.
Quisiera vivir, amor, atado a tus huesos. "

Y mientras iba sonando, me iba dando cuenta de que me estaba acordadndo de Sarah y de lo que siento cada noche cuándo me voy a acostar... que la cama está muy fría:

"Estas sábanas, mi amor, están muy frías.
Ven a darme tu calor y arráncame el dolor.
Yo te quiero compartir toda mi vida;
te comparto mi cuarto, mi cama y todo mi amor."

La canción, que la he escuchado mil veces, sonaba ahora dedicada para mí... sería ese momento "sensibilidad de escritor de un blog en el río" juntándose con el día-a-día (noche-a-noche) de dormir sólo... y los 12 escasos días que quedan para que eso termine.

"Vente a vivir conmigo, amor...
Que mi sábana está fría.
Vente a vivir conmigo, amor...
Porque mi cama está vacía.
Vente a vivir conmigo, amor...
Hiriendo a mi sentimiento.
Sábanas frías sin su amor..."

Maná

Entonces se me quitaron las ganas de ir. Hasta la fecha no había encontrado con quién, hasta que en aquella mesa, Amelia dijo que iría a verlos, con un grupo grande de gente...

-¿con quién vas a ir?- pregunté inocente, albergando la esperanza de que fuera el tipo de gente ideal para formar yo también parte de ellos...

Amelia cambió la expresión de la cara. No hacía falta ni una sola palabra más... ya sabía quién, entre todo ese grupo de gente, iba también al concierto. Justo la última persona del mundo que quería cruzarme.

Y no fui.

Maná actuó en Sevilla en aquel verano del 2000. Fue en el estadio Olímpico y calculo que irían 30.000 personas, no sé... una locura.

También es cierto que en el año 2000, Maná era un grupo que me gustaba, pero no era EL GRUPO... quizá el destino no quiso que ese macro-concierto fuera el recuerdo de Maná que yo había de tener.

Y pasó el tiempo, y me fuí a estudiar a Copenhague. Y pasaron los meses y en Emdrup, en la yellow kitchen, en el party room, downstairs, una música, un tiempo de tu vida... Emdrup sonaba a Manu Chao y a Clandestino, sonaba a U2 y a With or Without U, sonaba a Buena Vista Social Club Band... y sonaba, sobre todo, a Maná.

Quizás la locura que Peter sentía sobre la banda mexicana lo exageraba todo, no sé, quizá la magia de aquellos meses hace que todas esas músicas, como las fotos de aquel spring semester, se te hagan más tuyas todavía...

Y siguió pasando el tiempo... y en la vuelta, en Sevilla, nuevos CDs, pero obligatoriamente, Clandestino, Buena Vista Social Club Band, Omara Portuondo... y rescatado de esos que no sueles escuchar, Unplugged de Maná...

"Revolución de Amor" llegó en el verano de 2002. La llegada del nuevo trabajo parecía que era una nueva señal... fué la banda sonora de aquella visita a Sarah en agosto, de aquella semana escasa en Copenhague siendo un turista, de aquella semana en la que me día cuenta de que estaba enamorado. "No sé que voy a hacer sin tu cariño", recuerdas, skat?

Unplugged y Revolución de Amor sonaban en la vuelta Dinamarca, en ese viaje por Europa del que se cumplen dos años, ese para vivir la vida de verdad, no la de un Erasmus latino en Escandinavia...

Habían pasado ya más de 5 meses en aquella vida danesa de nuestra casa de Valby, de fregaplatos en La Lanterna, del coche que se queda sin bateria por no usarlo, de meter la mitad de mi sueldo diario en un bote para pagar el alquiler... entonces, Peter nos dió la noticia:

Maná daría un concierto en Hamburgo, dentro de su gira "Revolución de Amor". Hamburgo!, a sólo unas horas en coche!, algo más de 300 kilómetros!

Teníamos que ir, por supuesto... no podíamos perdernos esa oportunidad... y lo hicimos.

Peter se encargó de comprar las entradas por internet. Compró cuatro: las dos de Sarah y mía y otras dos para él y para alguna chica de la cual estaba enamoradísimo perdido... un mal rollo porque la historia tenía mala pinta, ella tenía un novio, o acababa de salir de una relación... no recuerdo bien. El caso es que decidió que no iba y la entrada se quedó colgando.

Guillaume fue el cuarto. Era su cumpleaños y Peter le regaló la entrada... lo que no sabía él ni Guillaume ni nadie es que no sólo regalaba una entrada, estaba regalando una experiencia única.

3 de junio de 2003. Temprano llegaron Peter y Guillaume a nuestra casa, el día era radiante y salimos con todas las ganas carretera para alante. Destino, la frontera alemana, el ferry.

En el coche sólo sonaba Maná, la conversación fluida, paradas para picar algo... la espera para montarnos en el barco.

Aquellos bocatas de tortilla, aquel verano del Norte de Europa. Era un viaje que estaba lleno de libertad, de aventura en cierto modo... para mí era una liberación. Atrás se quedaban las fatigas de la rutina de Copenhague, la ausencia de pequeños placeres, el ajustado presupuesto, la grasa en el pelo cuando salía de trabajar mientras en la parte más alta del ferry Alemania llegaba poco a poco.

Frontera, entrada en un nuevo país... diferentes carteles en la autopista, devorando los kilómetros para llegar a Hamburgo. Llegada.

Pasamos toda la tarde en la ciudad. Una gran ciudad de esa Alemania que yo conozco. La Alemania viva de gente en la calle, de grandes edificios, de tráfico, de puntero de Europa... seguro que hay otra Alemania, pero esa es una desconocida para mí.

Recuerdo que hizo muchísimo calor. Un calor HUMEDO con mayúsculas... sudábamos sin parar, pero aquel día los reyes éramos nosostros cuatro... aquellas cervezas frente al lago, los helados del centro antes de coger el bus que nos llevaría a St. Pauli... Grosse Freiheit 36, Maná.

St. Pauli era el barrio donde estaba el local del concierto... a mi me sonaba porque en Hamburgo hay dos equipos de fútbol, el Hamburgo y el St. Pauli, ese que va de marrón... lo que no nos imaginábamos es que el mencionado barrio es como el barrio rojo de Amsterdam. Lleno de puticlubs, de bingos, de salas de masaje thailandesas... de sex-shops. Uff!, toda una experiencia la visita por sí sola.

Caminando, con el mapa presente, llegamos, Grosse Freiheit 36!, Un local ni muy grande ni muy pequeño... allí estábamos. Faltaba poco para el concierto.

Aquella cerveza en aquel siniestro bar dónde los lugareños nos miraban con algo de desdén sólo fue una excusa para hacer tiempo... cuándo salimos, la cola para entrar ya había empezado. Gente que con carteles pedía entradas, en alemán, inglés y español. Alemanes, latinos... escuchabas tu idioma en St. Pauli, escuchabas el acento de México, Colombia, España...

La espera se hizo larga. Al fin, entramos... un calor insoportable en aquel local, era el día que hacía mezclado con los metros cuadrados del lugar y la gente...

Pero aquel local me pareció el más especial del mundo. Era perfecto... cuánta gente habría allí?, 500, 600?, no lo sé. pero no era ese Estadio Olímpico de 30.000 personas mirando entre saltos unas minifiguritas que debían ser la banda.

El local era un sueño para ver a una banda que es capaz de reunir a todo México DF en masa. Éramos unos escogidos, el escenario estaba a menos de 6 metros... todos nos agolpábamos más y más... banderas de México, Ecuador, España, Argentina, Colombia... un microcosmos latino en Alemania.

Se hizo interminable esperar... parecía que no querían salir nunca.

Pero la luz bajó y el bajo de Juan empezó a sonar... entre sombras salió Sergio y empezó a tocar los primeros acordes de "Justicia, Tierra y Libertad"... el concierto empezaba y Grosse Freiheit enloquecía.

Jamás olvidaré ese concierto, sin duda el mejor de mi vida. Canté, bailé, sudé, vibré, soñé y disfruté como nunca jamás... A mi lado estaba mi novia a la que podía abrazar y besar y sólo con volver el cuello, veía como Peter disfrutaba igual que yo. Y eso me hacía feliz.

No olvidaré a Fher como levantó su dedo "fuck u" al decir la palabra policía cuándo entonaba que a "Chico Méndez lo mataron, era un defensor y un ángel de toda la Amazonia. El murió a sangre fría, lo sabía Collor de Melo y también la...". No olvidaré a Alex, el bateria, con el que FLI-PÉ, como llenaba el concierto de energia, como tocaba, como lo vivía, como era...
Flashes en la memoria. La imagen enigmática de Sergio, el guitarra, los coros, Juan al bajo y sobre todo Fher y Alexl... este último subido en la batería cantando un tema del último CD.

Lamento mucho que Guillaume, francés, no vibrara tanto como nosotros tres... no entendía las letras, no es TAN latino. Pero para mí, aquel concierto fue especial. Como digo, una experiencia en la vida, esos días que no olvidarás por muchos años que pasen y experiencias que vivas

Pasó el concierto, pasó el Mc Donald´s de St. Pauli de mi cena, pasó el viaje de vuelta, el quedarme dormido en el ferry, el llegar a Copenhague a las 5 de la mañana, de día totalmente... pasó el tiempo, pasó Dinamarca, pasó el 2003 y casi ya el 2004.

Ayer jueves me compré el DVD de Maná "Acceso Total". Es el DVD de su gira, esa de la que formamos parte... me sentí morir cuándo en una de las imagenes vi la cola en Grosse Freiheit, y aunque no salíamos, sé que estábamos allí... ayer y hoy, he gastado el DVD, he vibrado, cantado y soñado de nuevo con Maná, con aquel concierto y con aquel día.

Y no podía más que contarlo aquí.

15.12.04

El hombre también vive de todo eso

Pues sí, realmente no pasan muchas cosas por aquí... pero algunas sí que pasan.
El problema es... "son dignas de mencionar en un blog?", "aburriré a mis 11-12 visitantes de media diaria?" (porque tengo unas 20 visitas al día, supongo que alguno clickará más de una vez a lo largo de la jornada para recomprobar que realmente no escribí nada nuevo seis horas depués), "realmente podría contarlas pero no estoy inspirado como para sacarle punta a alguna vivencia?", "simplemente estoy perezoso?"
Y si echo la vista atrás, me encuentro que la última historia del día a día fue la historia del sofá de Fabián (que por cierto, ahí sigue, en la planta baja del hostal)
Pero sí que han pasado cosas en estas casi dos semanas (aparte del que decidiera salir a correr... que justo cuándo termine este post saldré de nuevo: será mi quinta salida en 7 días)
Han pasado y no han pasado. Y eso es casi lo más reseñable. Vino un mega-puente de cinco días... ya que en España era fiesta el día 6, lunes, y el ocho, miércoles. Así que el que tuviera suerte y un trabajo lejos de la hostelería se pudo llevar desde el viernes 3 al miércoles 8 sin hacer nada a lo que no estuviese obligado.
La gente con un trabajo lejos de la hostelería, al ocio, a los servicios... esa gran mayoria que conforma la gente que yo conozco y con las que me muevo, aprovecharía para salir, para verse, para organizar alguna salida extraordinaria... en fin, nada que no me coja de sorpresa a estas alturas.
Yo no salí ni una sola noche del puente. Ni una.
Cuando hubo oportunidad, no pude por tener que quedarme a cerrar la heladería. Cuando tuve la noche libre, ni una llamada, nadie disponible... aburrimiento.
Pero menos mal que no sólo de salidas nocturnas en el fin de semana o días de fiesta vive el hombre, no.
También vive de almuerzos con antiguos compañeros de facultad (viernes 3), de risas comentando los culebreos de Iden y de llantos al enterarse de que Jose y Marta son menos Marta y Jose ahora mismo...
También vive de emociones, gritos, de "vamos", y alegría porque fue en Sevilla y fue España la que ganó la Copa Davis de tenis durante el fin de semana de aquel puente...
Vive también de Betis, con la moneda mostrando la cruz de San Sebastián frente a la tele en una aburrida noche de Montano y la cara en el estadio: con Edu y Oliveira sacando al beticismo la ilusión de una temporada y de un derby más que viene con sus goles frente al Racing.
Vive de inesperadas visitas al trabajo, la de Marta Cruz y sus ganas de su ya descubierto pero recientemente explotado flamenco y la de Juan este pasado domingo, por el gusto de verme y de pasar un rato con el que os escribe.
De una cena más en airesevilla, la de este domingo pasado, con la antesala de lo que será el nuevo restaurante de Fabián, con el saboreo de Yael (la que será su chef), la presencia de otro de esos personajes que sólo Fabián saca de la nada... María Fernanda, con Juanito tan suyo, Eve tan suya y con la agradable, inesperadísima y genial visita de Kristof y Bart. Aun más divinos que cuándo los conocí una noche de diciembre de 2002 camino de Copenhague en su casa de Bruselas.
Vive de cenas en casa de Antonio Jesús, con la presencia de un antiguo compañero de las JJAA, Victor, en la noche de ayer. De pampero aniversario, copas de balón y dos partidas del recién descubierto para mí juego del "Risk". Me gustó.
De noches de chat, de preparar el fin de año que viene con Peter, Jaime, Magda, Álvaro y los que vienen... de ratos con Estrella Marinera, con mi hermano, con Miguel y sus Danza Invisible, con Javier desde la increible vuelta del San Francisco de Paula al messenger...
De terminar lo empezado, de escanear las fotos de mi proyecto CD, de seguir saliendo a correr, de arreglar lo roto: esa lámpara de cruce del coche, esa ducha que malduchaba...
Vive de alegrarse porque sus abuelos han vuelto de Palma de Mallorca. De ver que su abuelo ha superado el cáncer de colon que hace ahora un año lo tenía en el hospital con 79 años, de ver que ha puesto 6 kilos, que se levanta por la mañana y sigue tomándose su tostá con aceite y ajo, que quizás no vendan el piso y estén en Sevilla, en su casa, más a menudo.
El hombre también vive de todo eso...
Y sí. En estas casi dos semanas, aunque no fue en el mega-puente, también hubo la oportunidad de salir una noche de sábado (este sábado 11, precisamente). Fue con Rafa y también, por circusntancias, con dos compañeros suyos que yo no conocía...
Y sí, uno tiene ganas de salir una noche de sábado, y sale, y se gasta más dinero que en las dos semanas juntas, y va a una discoteca llena de gente, y se acuesta a las seis de la mañana... y de repente se da cuenta que no se lo está pasando bien.
¿Será que el hombre vive de otras cosas que de lo que se supone que alegra el espíritu?

aclaraciones

Acaba de llegar un "comment" de Speedy diciéndome que por favor escriba más a menudo...
Y sí, yo también noto que mi ritmo de posteo está bajando. Pero qué voy a hacerle... No hay mucho que contar por aquí.
Al menos, Sarah llamó ayer y hará una hora y media que también. Ya estoy más tranquilo... se lo está pasando muy bien, por lo que cuenta.
Y hablando de Sarah, parece que no me supe explicar muy bien en el último post acerca de la distancia (lo digo por los comments). Está claro que la distancia duele, que echo de menos a mi novia y todo eso... tal y como es el día a día en estos largos meses en los que estamos separados.
Pero yo quería expresar otra cosa. Hablo de otra distancia, esa que está por encima de un número de kilometros, ya sean 3000, 300, 30 ó los metros que te separan de la puerta del vecino... hablo de la distancia que supone el no saber, el de la espera sin fecha, la distancia inevitable, la distancia del no saber que hacer.
Esa es la verdadera distancia. La que yo sentí el domingo... esa de no saber NADA de la persona que echas de menos. Esa de no dejar de mirar al teléfono, esa de comprobar si el mismo tiene batería...
Realmente, esa es la distancia que duele. Que Sarah esté en casa de su madre en Silkeborg, trabajando hasta las 3 de la tarde y yendo a la piscina a las 6... eso duele menos. Eso es echar de menos. Sé cuándo llamarla, sé que si le doy un toque al móvil lo verá... eso no es distancia, es ahí al lado.
Felizmente, sólo sentí la cruel cara de la mencionada por enésima vez distancia el domingo... y ahora ya no es tanta la distancia como la espera.
Pués esperáremos.

13.12.04

la distancia duele.

Ayer sonó el teléfono a eso de las 12 de la mañana... era Sarah que hacía tiempo para salir junto con su hermano y su madre para el aeropuerto de Billund.
Destino: Tailandia.
Tailandia en Navidad... y es que los tres han decidido que después de todo lo que han pasado en este 2004, quizás una Navidad en Silkeborg y en casa iba a ser demasiado triste y vacía. Además, este viaje, aparte de una evasión y lo que conlleva de exótico, es también un periodo en el que los tres, los Pedersen, van a estar juntos antes de que Sarah se venga a vivir a Sevilla y Thomas siga la suya en Copenhague.
En todo caso, eso es otra historia...
Para mí, la historia tiene otro matiz. Es un simple detalle... pero me resulta muy extraño esta sensación de absoluta lejanía que tengo ahora.
No sé cuando Sarah va a llamar, no sé si aparecerá su nombre en el messenger, no la puedo llamar... no está en casa, no está ahí al lado, en Silkeborg. No está aquí.
Cuando llegué a casa hoy después de ir a arreglar una lámpara de las luces de posición de mi coche (que ya me vale el tiempo que he dejado pasar... soy el peor) en el teléfono, un número muy raro... sería Sarah?, una llamada desde Tailandia?
Resulta curioso darse cuenta que incluso estando a 3000 km. un teléfono, un móvil, hacen que esa persona esté ahí al lado, just next door... ahora, la distancia duele.
Uff!, no puedo más. Necesito saber de ti!

11.12.04

por buen camino

Hoy también salí a correr!

Vamos por buen camino... con dos cojones!

9.12.04

20 minutos

Ya no podía dejar pasar más tiempo...
Marta me lo dijo en Madrid, Fabián me lo dijo el jueves pasado tras lo del sofá (bueno, él parece que tiene un medidor porque siempre comenta sus variaciones), pero sí, tenían razón: estoy más gordo.
Más gordo con respecto al verano, pero más o menos igual que el año pasado por estas fechas. Lo que quiere decir que lo que adelgazé en verano lo he vuelto a poner con el final del mismo y la llegada del invierno.
Invierno de trabajar poco y a bajo ritmo, invierno de estar sentado mucho rato, invierno de no haber echado un triste polvo desde final de octubre, invierno de comer y no quemar...
Así que hoy, después de no haberme animado en los últimos días, hoy lo hice: salí a correr.
20 minutos. ve-in-te... la verdad es que salí muy animado, a buen ritmo... incluso al principio del todo adelanté a uno que iba con sus mallas y perfectamente animado...
El paseo de debajo de Torneo es mi pista habitual. Empiezas andando y cruzas el semáforo de la transitada calle. Preparo mi cronómetro y a ritmo de Gotan Project (gracias al regalo de mi nuevo-reproductor-de-mp3-con-radio-y-grabador-de-voz de parte de Fabián y Juan, GRACIAS) bajo la cuesta que lleva a la vera del río.
Corría y pensaba. Pensaba y no pensaba. Eran flashes en la mente... "realmente han crecido demasiado los arbustos, se ve que esto no lo cuidan", "me gustaría escribir algo interesante en el blog", "corro hasta el segundo puente?", "a ver si llego..."
Las sensaciones son las mismas de siempre. Es la enésima vez que decido empezar a salir a correr y espero que esta vez se haga rutina por más tiempo (anímenme con sus "comments" a ello, plz...). Sales y el ritmo es bueno, ves el puente de la Barqueta que se acerca y sabes que vas a llegar... no miras el crono hasta bien pasado un rato... pasas por debajo de la Barqueta y miras a la derecha... hay graffitis nuevos esta vez...
Entonces ves la pasarela de la Cartuja, pero ya empiezas a mirar el crono con más frecuencia... sabes que si quieres correr 20 minutos, lo mejor es dar la vuelta pasados los 11 o así, y llegan los once.
No has llegado a la pasarela, "a la próxima", piensas... y ahora el puente del Alamillo se ve muuuy lejos.
Vas bajando el ritmo, miras tu sombra a la izquierda y piensas "qué poco atlético!", "cambiará..." (pensamiento feliz), notas que te cuesta subir más las rodillas.
Cuando pasan quince minutos, ya hace rato que miras el crono cada medio minuto... "y si corro sólo 17?"
Pero hoy no... me animé e incluso al final hice un pequeño sprint... 20!
Mareos, andando busco donde apoyarme... sudor y frío, es invierno.
Algunos estiramientos... no hay ganas, pero sabes que si no los haces, las agujetas serán tremendas... andando tranquilamente llego a casa.
Así es siempre el primer día del espero-que-se-convierta-en-una-rutina hacer footing. El segundo deben ser 21 minutos, el tercero 22... así cojo la forma rapidamente (menos mal)
Intentaré que mi recién estrenada rutina se haga realmente rutinaria... y sí, intentaré comer más sano. Lo de los polvos ya lo dejamos pa´l 2005... jeje.

5.12.04

4-D

Hace algo ya más de dos horas que se acabó el 4 de diciembre.

Cuatro de dicembre... a la gran mayoría de los lectores esta fecha no implica mucho más que la Navidad esté más cerca, pero para los andalucistas, el 4-D es algo más.

Cuatro de diciembre. 27 años hace que en las calles de toda Andalucía miles y miles de personas salieran a manifestarse pidiendo autonomía para esta tierra.

Cuatro de diciembre: 27 años desde que un joven malagueño se subiera al balcón de la diputación de Málaga para que allí ondeara también la bandera verdiblanca... todo un desafío a las autoridades competentes de la época, ya que aquel presidente de diputación ya había declarado días antes que la bandera andaluza NO llegaría a "su" edificio...

Pero Caparrós se encaramó con la bandera... y botes de humo, disparos... una bala atravesó el cuerpo de aquel chaval, posiblemente desde la policía. A Caparrós lo mataron... qué no se olvide. Nunca se supo quién disparó, nunca se supo quien asesinó a una persona que sólo pedía por nuestra Andalucía.

Cuatro de dicembre de 1977, Andalucía en la calle, todos a una, sentimiento de país, autonomía y libertad, Andalucía por sí misma...

Hoy, viniendo de trabajar, traía a mi hermano Quique en el coche y al pasar por la Glorieta Olímpica, una enorme bandera andaluza colgaba del mástil del centro de dicha rotonda-jardín...

-"Mira Dani, han vuelto a poner la bandera de Andalucía ahí"-

Entonces, le expliqué el porqué de ese detalle, lo que pasó hace 27 años, el porqué del que el 4 de diciembre debería ser realmente y oficialmente "día de Andalucía" y no el 28 de febrero.

Me gustaría de corazón que las palabras que le contaba a mi hermano no las olvidara, que pensara en ello... yo tendría más de un año en aquel día del 77 y realmente ni él ni yo vivimos en vivo aquellos días.

Lo que yo sí he vivido es esa niñez de banderas andaluzas colgando de los balcones. Un vago recuerdo de principios de los 80 dónde se conmemoraban los aniversarios del 4-D y del 28-F... me gustaría que mi hermano comprendiera que si hoy cuelgan una bandera andaluza en un mástil no es algo arbitrario, que hay una historia detrás... que aunque ya nadie cuelgue banderas ni se acuerde muy bien del himno, eso es porque en 27 años y sobre todo desde el 28 de febrero del 80, los andaluces han hecho suya la autonomía, ya es algo conseguido, cotidiano...

No obstante, todavía hay gente (como el que escribe) que piensa que estamos sólo a medio camino de lo que deberíamos ser los andaluces, y que se emociona viendo aquellas imagenes del 4-D del 77... ojalá mis padres tuvieran historias ue contarme acerca de aquel día y de aquella época, pero no es el caso.

Yo las imagino, y sobre todo, las siento.

4.12.04

la historia del sofá.

Estas historias sólo pueden pasar con ciertos personajes:
Las nueve de la noche, pasado jueves día 2 de diciembre. Suena el móvil y al otro lado Juanito me cuenta...
-"Dani, que necesito que me hagas un favor, que Fabián está en IKEA y se ha comprado un sofá en la sección de oportunidades... pero le cobran 75€ si son ellos los que le hacen el traslado..."
Ya me lo veía venir, y sigue... -"A ver si me puedes recoger y le ayudamos a traerse el sofá"
Así que, en aquel día de lluvia, recogí a Juan en Diputación y ya ahí me fue contando todos los detalles...
Las 21:40, llegamos al parking de IKEA 20 minutos antes de que cerrará la tienda... y la verdad, no creo que olvide nunca la imagen de ese Fabián con ese carrito y encima un PEDAZO DE SOFÁ de cuero enorme!!
Fabián se reía de la situación, Juan y yo simplemente flipábamos... increible!, como íbamos a subir ESO a la baca del coche??
Os prometo que en aquel momento, tal y como le dije a Fabián, me pareció el sofá más grande de la historia... en fin.
Estudiamos la manera de subirlo en peso entre los tres al techo del coche de Fabián... que no es precisamente el más largo del mundo. Imagináos que el sofá tenía casi la misma longitud que todo el coche... pero cabía.
Una manta por encima y ganchos elásticos para amarrar todo aquello. Una alargadera eléctrica a modo de cuerda para reforzar el mastodonte aquel... Aquello era para foto (y para un post, obvio), y sí, hay fotos... la ocasión era como para no olvidarse de la cámara.
La situación, llegados a ese punto ya de más tranquilidad (porque realmente el sofá cabía), era de risa... Sobre todo con el detalle de criticar lo fea que era la manta que cubriría el sofá en el trayecto por carretera... una manta fea y vieja, qué poco glamour... pero se puede tener una observación más mariquita en un momento como ese??, quién carajo se va a fijar a las 10 de la noche por la Autovía de Huelva de lo fea que era la manta?? Sois los peores!!
Por supuesto, IKEA ya cerraba, y nosotros, los últimos en el parking... pero felizmente, el sofá aguantó perfectamente las cuestas, arriba y abajo, los badenes de detrás de la Cartuja y todos los baches del centro sevillano. Llegamos al destino: Airesevilla.
Una vez dentro el sofá del hostal, llegó la cruda realidad: la primera duda de si ese CACHO SOFÁ iba a caber por la escalera para llegar a su destino: la recepción de la primera planta.
Bajamos el sofá blanco (más pequeñito) que ya estaba en la mencionada recepción para hacer sitio al nuevo... Y aunque no fue fácil, lo bajamos sin problemas... después de eso, preparamos el camino: quitamos un pomo acabado en punta de la escalera, quitamos una bombilla que podría estorbar y... con la ayuda también de un cliente que, pobre de él, estaba por ahí, nos pusimos manos a la obra.
Lo intentamos de mil maneras... pero el sofá no cabía. Subíamos el primer tramo de escaleras, sí, pero llegados al descansillo, donde había que cambiar la trayectoria, IMPOSIBLE.
Bajamos el sofá dos o tres vecs más, lo volvimos a intentar, le quitamos la estructura metálica de las patas para ganar unos centimetros, lo intentamos meter al revés de como lo intentamos al principio... NADA. En el descansillo moría nuestra subida a la recepción.
A las 12 y 15 de la noche lo dimos por imposible... sudando, con alguna herida en las manos, con el sofá aun más estropeado por tanto roce con la pared de la escalera... el sofá se quedó en la salita de la planta baja. Un sitio para el que no estaba destinado.
Fue un momento bajón (sobre todo para Fabián, que jamás pensó que el sofá no iba a entrar por la escalera), pero lo que yo sé es que la historia del sofá aún no ha terminado... (no olvideis llamarme cuando haya que subir el sofá por el balcón!!!)
De todos modos, cosas así, a estas horas y de esta manera, sólo pueden pasar en Airesevilla y con Fabián de por medio.
Qué personaje...