28.11.05

vacaciones en invierno.

Descolgué el cartel de pizarra que anuncia que tenemos café, tartas, gofres, brownies, tocinos de cielo y trufas. Lo dejé en el suelo un momento y me subí a una silla. Y ahí colgué este letrerito:

Entré dentro del local y al poco rato las dos últimas mesas se decidieron casi al mismo tiempo para irse. Mari y yo empezamos a cerrar. El último cierre de caja de 2005, la limpieza del local más a fondo que otros domingos, cubrir el botellero para evitar polvo de 9 semanas y dejar sólo un congelador funcionando. Lo hemos hecho bien: no nos ha sobrado casi nada.

A las diez y media de la noche cerré la cancela. Atrás Pino Montano, por delante, tres viajes y sobre todo una idea: por fin mis fines de semana serán de 24 horas al día! Sarah y yo lo vamos a aprovechar al máximo.

27.11.05

Liverpool es sinónimo de Beatles.

Cuando hace 3 meses los béticos nos sentamos frente a la tele para ver el sorteo de la Champions League, hubo reacciones para todos los gustos cuando se supo que grupo nos había tocado, pero una idea clara: donde había que estar era en Liverpool.

Así lo empezábamos a organizar... aquel 26 de agosto, un día después del sorteo, nacieron las ilusiones y los planes de un posible viaje a Liverpool. Escribía este mail a algún bético con el que podría hacer este viaje:

"Por supuesto, yo prefiero ir a Liverpool... a Anfield Road, a casa del campeón de Europa y del equipo con más titulos de Inglaterra.

No sólo eso: a la ciudad de Los Beatles, a tomarme una cerveza en "The Cavern", el pub dónde por primera vez actuaron y donde hoy hay unas estatutuas de John, Paul , Ringo y George.

No me quiero perder el "you will never walk alone" cantado por toda la afición de los "reds". Por supuesto: objetivo Liverpool!"


Y al fin, después de muchas dudas (por parte de los demás), de dejar para última hora el comprar los vuelos por miedo a no tener garantizada la entrada, de gastarse un buen dinero en billetes electrónicos y de contar las horas y los minutos que faltaban, el miércoles pasado a las 14.30 (hora británica) mi hermano, mi amigo Jose Vela y yo poníamos el pie en el John Lennon Airport.

Los 27 que habíamos alquilado un autobús para ir al aeropuerto de Málaga ya tuvimos tiempo de mezclarnos con medio avión lleno de béticos. Una vez en tierras inglesas, cada cual se dispersó en pequeños grupitos. No pasó mucho tiempo para que se hiciera de noche, pero aun teníamos cerca de 4 horas antes del "kick off".

4 horas para John, George, Ringo y Paul. En Albert Dock está el museo dedicado a ellos... Un edificio de ladrillo como tantos que hay en la ciudad. Lástima de que la visita durase tanto tiempo (cerca de dos horas). No nos quisimos arriesgar y preferimos dejarnos algunas libras en la tienda de recuerdos... nos esperaba "The Cavern".

"The Cavern". El pub donde los Beatles se dieron a conocer. Hoy no existe el original, que fue derribado en 1974, pero han construido una replica piedra por piedra justo enfrente. Es un lugar mágico para un misterioso tour: la calle de ladrillos, la noche inglesa y la bajada 3 plantas de sótano, escuchando a medida que bajabas "Twist and shout" cada vez más nitidamente.

Al fin, el escenario. Fotos allí, posters en las paredes de los Beatles, autografos, recuerdos, música... sentir que estábamos en un lugar especial.
Me acordé de mi padre y de los discos de 45 rpm de vinilo que tiene de aquellos que un día se convirtieron en el único grupo que escuchaba. Me imaginé su sonrisa cuando me llamó al móvil y le conté que había estado en el pub de los Beatles... -"la caverna, verdad?"-, dijo él. Sentí que estaba haciendo algo que a él le hubiese gustado hacer. Quién se acordaba entonces de dinero y de lo que nos costó aquel viaje?, Bendita sana locura.

Cuando subimos de nuevo a Matthew Street y salimos a la calle, buscamos el autobus. Destino: Anfield Road...

22.11.05

Homenaje cada mañana.

Todas las mañanas el mismo ritual:
Tras dejar la cama, entro en la cocina. Enciendo la cafetera de expreso y dejo que el agua se vaya calentando.
Abro la panera. De la noche anterior he sacado del congelador pan de bollo, ha pasado la noche y parece que lo acabase de comprar.
Busco el bote de café y lleno el porta. Lo coloco y noto que el agua ya ha llegado a su temperatura. Es entonces cuando corto el pan en rebanadas, con el grosor justo para nuestro tostador.
Mientras el pan se tuesta, pulso el botón con el dibujo de la tacita de la cafetera. El café va ennegreciendo mi taza de cristal y el humo llena de aroma de desayuno la cocina.
El pan salta convertido en tostadas. Busco un plato y tras llenar con la cantidad justa de leche mi primer café del día, se produce el homenaje:
Las dos rebanadas de pan tostado reciben la cantidad justa de aceite de oliva. Justo después son masajeadas con un dientecillo de ajo: el desayuno está listo y me acuerdo de él.
Mi abuelo siempre dice que si se tiene hambre lo mejor es "pan tostao con aceite y ajo". Es su desayuno favorito y yo no puedo evitar pensar en él en ese momento.
Él no lo sabe, pero cada mañana mi abuelo se convierte en la persona más presente de mi vida.

16.11.05

actualizando el blog

Anoche estuve una hora de reloj (que diría este) cambiando los enlaces del blog.

Los he puesto todos por orden alfabético, sin distinción de categorías. Antes estaban los sevillanos, los blogs de amigos o de gente que conocía personalemente, los blogs lejanos (esos que me gustaban sin más, ya fueran de aquí o de allí, pero de gente que no conozco en la vida real) y por último los blogs que están escritos en portugués.

Ahora, todos en el mismo saco. Algunos (pocos) blogs se han caido por que ya no se actualizan o porque ya no me dicen nada. Por otro lado, hay muchas más "adquisiciones" que en el anterior listado.

Eso sí: hay una excepción. Los bloggers que se lo han currado y tienen un "botón" están juntos en la sección "con botón". Me gustan los botones...

Por otra parte he quitado algunos enlaces un poco absurdos (tipo la página del marca) no creo que nadie pinchase mucho ahí... eso sí, había enlaces a los grupos de música que me gustaban y a mis equipos, como una especie de resumen de mis gustos y de ms cosas, pero para eso está mi perfil, que no es el que ofrece blogger al uso... podeis pinchar en la fotito del ojo de la esquina derecha de la página.

Así que... lavada la cara. Ahora a seguir contando historias.

15.11.05

Madrid o Barça.

Lleva ya lo menos un mes el anuncio este en la tele... media ciudad de blanco y la otra media de azulgrana.

Uno con la camiseta del Barça que va al peluquero y le pone una capa blanca con el escudo del Madrid. Un guardia de tráfico culé que le pone una multa a un coche con el banderín del equipo de Ronaldo y compañía... pasos de cebra blancos y otros pintados a rayas granas y azules. Vamos, un horror!

A todo esto que en una calle atestada de gente que o bien viste con la camiseta de uno u otro equipo aparece un misterioso tipo vestido con una gabardina. La gente se asombra de verlo así y lo paran: -"¿y tú... Madrid o Barça?"-, preguntan extrañados.

-"Ninguno de los dos. Soy el arbitro!"-

Odio este anuncio. Odio lo previsible... ¿Madrid o Barça?. Ninguno!

¿El arbitro es el único que no puede ser ni del Madrid ni del Barça?, pués no, que lo sepan todos: ni culés ni merengones, hay gente que afortunadamente piensa en verde (y blanco).

... y que aunque no se sientan del mismo equipo que yo, también los hay que se sienten única y exclusivamente de otros colores, del Sevilla, del Atleti, del Cádiz, del Athletic, la Real, el Depor, el Valencia, etc. Los dos grandes le sobran. Este mini-post se lo dedico a todos ellos.

PD: Arrrrgh!, justo ahora vuelven a poner el pu** anuncio en la teleee!

11.11.05

Taller.

Cuando sonó el móvil a falta de 20 minutos para las 6 y de escasos 50 para el comienzo de nuestro segundo encuentro, me sentí aliviado. Sabía que Fabián iba a estar en la misma situación que yo.

-"¿Has escrito los relatos?"-

-"Qué va... he estado malo estos días, con gastroenteritis..."-,
dije yo, -"... y la verdad es que no he tenido ganas de ponerme a escribir, y tú?"-

-"Yo tampoco he escrito nada... tú vas a ir?"-

Finalmente, y sabiendo que no sería yo el único que acudiría a la calle Dormitorio con las manos vacías, me animé y a última hora saqué mi bicicleta del lavadero para hacer lo correcto.

Walter lo había preparado mejor que la semana pasada. En la mesa desde primera hora la tetera y los vasitos arabes. Encima de la cajonera el agua y las copas. El segundo día también era sinónimo de mayor cercanía: besos en la entrada y abrazo sentido en la llegada del compatriota.

Después de esperar unos más que suficientes quince minutos, comprendimos que aquella tarde era para nosotros tres. Y así comenzamos: escuchando la lectura de dos improvisados textos que Fabián había escrito en tiempo record. Comentarios y comprobación de que realmente eran buenos.

Walter escucha atento. Habla despacio y bajito. De tonos amables, se le nota su acento argentino en determinadas frases, pero más se le nota su preparación. Profesor de literatura, experto en cine, guionista, cuentacuentos... cultura sentado en la silla.

Nos hizo dejar volar la imaginación escuchando la banda sonora de una vieja película, la fuente inspiradora para un relato. "Venganza", el tema de nuestro texto.

Lluvia, el Londres del S.XIX, un padre y una hija vestida de blanco, un payaso. La ópera y una cantante. Cuchilladas, andar de puntillas... todo eso y algo más que salió de mi cabeza cuando la música llenaba la habitación. Armar toda una historia a partir de ahí no fue fácil, pero el ejercicio sí que fue interesante.
Walter escucha atento la improvisada creación de cada uno de nosotros dos. Las lima y descubre que falla y que es bueno. Y acierta.
Y con la lectura de Borges, su análisis y su reflejo en lo que busca de nosotros, el segundo encuentro termina. Sensación de querer más, de haber aprendido y de querer que llegue el jueves siguiente.
Ha sido buena idea apuntarme a este taller literario, sí, lo ha sido.

4.11.05

A ver si nos vemos...

Después de aquel verano en Portsmouth vino un otoño de reencuentros.
La mayoría de nosotros éramos de Sevilla, aunque también gente de Badajoz y Madrid formáramos parte de aquella aventura inglesa de cuatro semanas. Quince, deicisieis años los que de medía teníamos todos. Lo que vivimos fué muy intenso y en muchos casos continuar la amistad de aquellos días de julio era más que una obligación una necesidad... teléfonos, libretitas con direcciones, promesas de cartas y quedadas en la vueta a casa.
Y así fue en un principio. Todos lo intentamos en Cartuja´93, pero lo normal fué que cada uno intentara llevar sus historias por separado. Tote con Carolina, María y Diego...
Marta vivía cerca de Torneo. Nos encontrábamos de vez en cuando por el centro. Cada uno camino de su casa o de vuelta de clase. Siempre nos llevamos muy bien y nos parábamos un rato a charlar sobre que tal nos iba.
No recuerdo cómo surgiría aquella especie de tradición, pero decidimos que cada vez que nos viésemos, en vez de dejarlo en "a ver si nos vemos" o en un "a ver si te llamo..." nos poníamos en ese momento una fecha y una hora para quedar y tomarnos un café. Nada de despacharse en medio de la calle Sierpes con un "todo bien". Nos mereciamos contarnos nuestras cosas sentados y con tiempo, y no fallábamos... esa sensación de autenticidad de saber que cada encuentro casual se iba a reflejar en una cita sincera me encantaba.
Los años fueron pasando y los encuentros cada vez se fueron espaciando más en el tiempo. Quizás fuera ella, quizás fuera yo... el caso es que un día nos volvimos a encontrar y ya no sentimos que debíamos seguir quedando como antes. Nos habíamos alejado demasiado. Pero ninguno dijo "a ver si nos vemos"
-"Me alegro de verte, Marta"-
-"Y yo a ti, Dani"-
Y cada uno siguió su camino. Seguro que ella pensó lo mismo que yo. Al menos fuímos sinceros y no nos dijimos esa frase con tan poco sentido y tan falsa. Era verdad: me alegré de verla, como si la viese hoy, pero a Marta nunca se la diría. Justamente decidimos en su día hacer por vernos, porque depende de cada uno el verse.
Por eso odio esas cinco palabras unidas, a-ver-si-nos-vemos. Me he propuesto no volver a decirlas nunca y desde hace ya algún tiempo que intento evitarlas. Palabras hipócritas, frase falsa... "aversinosvemos...", cuando?, cuando tu quieras llamarme, no?, no nos estamos viendo ahora?, vayamos a tomarnos una cerveza al bar de la esquina... "aversinosvemos...", quien lo va a proponer?, una fuerza sobrenatural va a hacer que nos volvamos a encontrar mañana y entonces si me sentaré contigo a interesarme por ti de nuevo?
Me alegraré de verte, te desearé suerte, que sigas bien... pero nunca me oiras decirte un vacío "aversinosvemos". Porque yo, cuando quiero verte, te llamaré para preguntarte a qué hora y de que día quieres que nos encontremos.
Así, al menos, tendría que ser. Seríamos todos más auténticos.