Cuando llegamos, sólo había sitio para nuestro coche. Todos los de los demás estaban ya aparcados, encima de la acera, enfrente de la casa.
Dejo los zapatos en la entradilla, junto a la mayoría de los del resto de invitados, me coloco mis zapatillas y entramos.
Tíos, tías, primos, primas, sobrinos, sobrinas... gente. Sarah me dice que hay que saludar uno por uno. Todas las caras son conocidas,
hubo un entierro hace más de un año.
Goddag a todo el mundo. Apretón de manos suave. Algún
God Jul, hay quien sonrie más, hay quien lo hace menos... hay quien ni mira. Ningún apretón es fuerte.
Esperamos para sentarnos. Hay que elegir bien el sitio: nunca se sabe a quien vas a tener enfrente y a uno de tus lados, porque está claro que junto a tu silla sí que estará tu novia. Todo el mundo se ha sentado ya y la silla de mi derecha sigue vacía.
Finalmente se sienta a mi lado la tía de Sarah, la hermana de mi suegra.
Posiblemente Seguramente la que más cariño me tenga en ese inmenso salón salvando, claro está, las dos personas de mi izquierda.
Empieza el ritual. Alguien pregunta, yo escucho, Sarah traduce, si sé la respuesta en danés la digo, si no, Sarah traduce. Alguien comenta algo acerca de que si entiendo más que hablo, respondo que
"ja" asintiendo con la cabeza y con media sonrisa. Comentarios acerca de posibles viajes a Sevilla...
-"sí, hay aeropuerto"-, puntualizamos.
El almuerzo sigue. No dejan de pasar platos. El
run-run de la sala cada vez es más fuerte. Mi concentración no es ilimitada: de la cocina llega una fuente con remolacha y la que la lleva la deja enfrente mía: me dice algo y yo respondo
"ja, tak". Sarah me comenta que era un chiste:
"hasta que no llega la remolacha no empieza la fiesta" (??)
El pantalón empieza a apretar más de la cuenta. Aquello no es atún, sino los mofletes del cerdo... lo dejo a un lado.
-"Sí, es verdad que en España se comen los cojones de toro"-, Sarah traduce, yo asiento, el botón aprieta mi estómago, más platos.
hablan saben inglés, pero Sarah traduce, yo respondo, Sarah vuelve a traducir. Alguien me dice algo, yo asiento. Espero que asentir haya tenido sentido como respuesta valida.
Pasa un rato. Listo el cupo, suficiente, el español ya ha tenido la atención necesaria. Silencio a mi derecha, silencio enfrente... Aun así, cuando Sarah me dice que se va al servicio me entra pánico. La silla de la derecha vacía y miro a mi alrededor: Estoy, pero tan lejos...
Sarah vuelve a entrar por la puerta. Nunca nadie tardó tanto en ir al baño.
Sólo son las tres de la tarde.
notas de diccionario: