30.3.06

Lo que ronda por mi cabeza...

- que el domingo se juega el Real Betis-Sevilla FC, y que como siempre, el partido es de los más importantes de la temporada.

- que el jueves juega el sevilla la UEFA y quiero que pierdan.

- que deberíamos follar más.

- que tengo que ir a recoger la tele del salón, que ya me la han arreglado y sólo ha costado 60€

- que aun no he ido a spinning esta semana por culpa de la tortículis con la que me levanté el lunes.

- que tengo que empezar a devolver todo el dinero que debo (pensamiento que no me abandona)

- que no sé si ingresarle a Rafa más dinero del que ya le ingresé en su día.

- que espero no tener que pagar los 40€ de la entrada del Benfica-Barça, que reservé pero que finalmente decidí no ir al partido.

- que tengo ganas de ver más cine, leer más blogs, subir nuevas fotos al mío y terminar la biografía prohibida de Maradona, "La Mano de Dios", de una vez.

- que tengo curiosidad e ilusión por hacer los nuevos sabores de helado que uno de nuestros proveedores nos ha traido. Una caja llena de muestras en pequeños tarritos... me encanta esta parte de mi trabajo: ya hemos triunfado este fin de semana con el helado de regaliz y de chupa-chups de nata y fresa!

- que vaya putada lo de la revisión del gas aquí en casa. Qué cambiemos el termo?, qué tiene mala combustión? usted paga los 450 euros que vale eso?. Me parece que eso lo voy a dejar para el verano, cuando hagamos cajas con menos telarañas.

- que mañana (hoy para ti, lector) tengo que grabar "L" en canal plus y ver el nuevo capítulo de "Mujeres Desesperadas", que hoy he grabado en la FOX.

- que por fin huele a azahar y debería estar más tiempo en la calle.

- que... que... que...

Muchas cosas del día a día de una persona normal... poco tiempo pensando en grandes temas como la paz que podría venir con el alto el fuego de ETA o el escándalo de las detenciones en el ayuntamiento de Marbella... pero me crees si te cuento que me paso muchísimo tiempo durante el día pensando en escribir un POST QUE VALGA LA PENA?

Quiero escribir cosas dignas de ser léidas y de ser escritas... y con lo que se me pasa por la cabeza estos días poco puedo hacer.

Días mejores vendrán.

23.3.06

como si fuera pa ´ti

Vamos a dejar una cosa clara. Yo, cuando tomo helado, lo hago de varias maneras:

A veces aprovecho cuando estoy haciéndolos, abro la mantecadora y con una cuchara sopera rebaño bien rebañá la máquina

Otras veces, cuando simplemente me apetece y no estoy en pleno proceso de elaboración, cojo un vaso de café y me lo lleno hasta arriba. Siempre con chocolate y con algún otro sabor que va variando según el día que tenga.

Y algunas otras veces (las menos), con una cucharilla de café empiezo a “picar” directamente de las cubetas de las vitrinas… esas veces caen lo menos 10 sabores.

También hay que dejar muy claro que yo NUNCA pago. Ni cuando como helado directamente de la máquina ni cuando me lo pongo en un vaso de cristal, ni mucho menos cuando pico con la cucharilla de café… ¿qué concepto sería ese a introducir en la máquina registradora?, “cucharaita de helaito”?, ¿“mini porción por la cara”?. Simplemente no se cobra.

Querida clienta: igual que el que trabaja en un banco normalmente tiene mejores condiciones para pedir un crédito, igual que el que tiene un padre director de autoescuela no le cobra a sus hijos la matrícula ni seguramente las clases de coche, e igual que un panadero no se cobra a sí mismo cuando se come un bagette recién salido de su horno, pues nosotros los heladeros no sólo no nos cobramos a nosotros mismos, sino que encima comemos todo el helado que nos da la gana y de la manera qué nos da la gana.

Entonces, mi querida señora, cuándo usted quiera que por el mismo precio yo le llene una tarrina de 200 centímetros cúbicos más de la cuenta, dónde cabe lo que cabe y si se pone de más ya estamos regalando el producto, dígame –“porque no le pones más helado a la tarrina por los 2 euros 10 que te voy a pagar por ella”-. O dígame –“regálame helado por mi cara bonita”-, incluso podría decirme –“me parece cara la relación cantidad-precio: métele más helado a mi tarrina aunque chorrée por los lados, que yo te la voy a pagar como a mí me salga del coño alma”-, pero por favor, mi querida amiga, no me pidas una tarrina de helado y cuando le esté metiendo la pala a la cubeta me sueltes un triste y manido –“como si fuera pa´ti”-, que está muy fuera de lugar.

22.3.06

Momentos históricos.

Hay fechas históricas que todo el mundo recuerda. Acontecimientos de tal magnitud en los que, pasados los años, se suele preguntar:

-"y tú dónde estabas cuándo se puso el pié por primera vez en la luna?, qué estabas haciendo?"-

Así por ejemplo, mi padre, ante la pregunta de qué recuerda de aquella noche del 23F, responde que "estaban tus padrinos cenando en casa, me acuerdo de eso". O más o menos todos nos acordamos de qué estábamos haciendo el 11S cuando lo de las Torres Gemelas o cuando el 11M y los trenes de Madrid.

Lo que no sé yo es qué responder cuando pasen los años y me pregunten -"y tú qué estabas haciendo el día en que ETA anunció un alto el fuego permanente?"-

Porque yo lo que hacía era escuchar la radio del salón mientras estaba cagando en el baño...

Estas cosas te pillan en el momento más inoportuno.

15.3.06

Porno.

Mi padre guardaba el proyector en la parte de arriba del armario de su cuarto.

Era una máquina grande y pesada. Gris y con olor a nuevo. Estaba claro que no había sido usado muchas veces. A su lado estaban los rollos de película, metidos en una vieja caja de zapatos unas, otros en una bolsa de plástico del corte inglés.

Películas de mí mismo de niño de teta, películas de mí mismo con 4 o 5 años y mi hermana siendo ella la bebé. Películas sin sonido. Palma de Mallorca en vacaciones y barriada recién estrenada.

Me gustaba montar el proyector. Llevar una silla del salón, de las altas, para llegar al armario, bajar el aparato e ir acoplando pieza a pieza. Me gustaba especialmente el olor de las cintas de película y ver en la oscuridad de la habitación apagada el halo de luz que salía del proyector a la pared. En esa linea blanca, las motitas de polvo del áire y el sonido constante del enrollarse de la cinta, -"rrrrrrrrr..."-

Había que tener cuidado con montar bien la película en el proyector. Ya se me había quemado alguna y el ver en la pared después de una escena de infantiles hermanos unas llamas te daba un vuelco al corazón: no sólo se te estaba quemando una película, sino que estabas destruyendo por un descuido un recuerdo de tu familia.

Un día de los que estaba sólo abrí una caja algo más grande pero más plana. Dentro había una bolsa de plástico y dentro de esta, otra caja.

Era un rollo de cinta de película porno. Ya no recuerdo el nombre, pero en la caja ya se podía adivinar que lo era. Tampoco recuerdo exactamente si había alguna ilustración muy explícita en la portada de la caja... son detalles colaterales que se olvidan en el tiempo.

Pero sí. Era una película porno. Mi padre la tendría escondida quizás desde los años del boom del destape. Quizás fuese del 79 o del 80, quién sabe. A mí me daba igual, era demasiado excitante para un chaval pre-adolescente como yo. Aquel que se masturbaba cada noche y cada vez que tenía la ocasión de quedarse solo en casa... aquello era una joya. Riéte tú de las revistas "Clima" que el Gordo se ocupaba de pasarnos en clase y que ya todos habíamos leído y reléido una y otra vez... una película porno!, sexo en movimiento!, en una pantalla!, qué más daba que no tuviera sonido... iba a ver follar por primera vez!

...

No recuerdo cuántas veces vi aquella cinta. No llegaría a los 15 minutos. Un hombre, quizás un butanero o un técnico de algo, vestido con un mono azul, llamaba a la puerta de una ama de casa que estaba sola. Su sexo estaba lejos de conocer una cuchilla de afeitar, una cera o una depilación... él menos aun. Ella le hacía sexo oral y el polvito era una cosa rápida. Fin. La vi decenas de veces.

Lo mejor era el proceso. Sabía cuántos minutos tenía entre que llegaba del colegio y mi madre aún estaría de camino, recogiendo a mi hermana. Montaba el proyector, me desnudaba y bajaba la persiana casi entera: tenía que dejar un poco de luz para ir mirando si mi madre ya aparecía por la plazoleta. casi me excitaba más todo lo que rodeaba al momento "masturbate con la peli" que la cinta misma.

...

Un día la película se quemó. No supe que hacer muy bien con aquello y finalmente la tiré a la basura. Rezé para que mi padre se hubiese olvidado de aquel rollo de película de 8 mm y nunca le diese por buscarlo... y creo que así fué. Nunca le ví buscando y rebuscando en el altillo, quizás porque ya había canal plus y videos BETA.

...

Ayer, de madrugada, haciendo zapping y viendo el canal47, donde dos asiáticas pretendidamente lesbianas se metían mano bajo agua con máscaras de oxígeno en una escena totalmante surrealista pensé en escribir este post:

Era más exitante cuando era más difícil.

12.3.06

Menuda tele.

En el centro de la imagen, un tío con bigote de casi dos metros, sentado en una silla tipo IKEA. Lleva una guitarra que no sabe tocar que aporrea como si supiera y al lado suyo, en el suelo, unos bongos al más puro estilo africano.

Dando vueltas a él, un niño de dos años, vestido como si viniera de ver un mitin del PP. Lleva colgando un tambor y acompasa sus pasos a una supuesta marcha de Semana Santa que el tío de dos metros tararea... -"pa-parapapá-pa-pa papapaaa-pa"-. El niño más que caminar desfila, mirando a la cara de nuestro heroe el presentador. El chavalito de vez en cuando habla... y como no se le entiende se nos muestran subtítulos en pantalla: como si vieramos una buena V.O. en el cine Avenida o en el digital plus.

-"Pero que gracioso es mi niño!"-, deberán pensar los padres. Han salido un instante al borde la emoción entre el público. Y es que efectivamente: hay público para ver esto!!

No... no es un sueño después de una borrachera ni un tripi en mal estado. Es la radio televisión púbica andaluza.

8.3.06

Eladia.

Ya pasó los cincuenta y sigue el pié del cañón.

Los martes y viernes llega a media mañana a casa de mis padres. Con su propia llave: son muchos años ya de confianza plena.

Antes de llegar al centro se habrá levantado muy temprano. Habrá dejado listas en la suya propia las cosas que va a hacer en casa de mis padres. Habrá esperado un buen rato en la parada de un autobús de línea, pero habrá llegado puntual a la puerta de madera del número 10 de nuestra calle.

Lleva más de trece años con nosotros, pero muchos más limpiando casas. No tiene contratos firmados ni tiene convenios colectivos, no tiene sindicato ni trabaja frente un ordenador. Su word, su excel, sus teléfonos y faxes tienen forma de escobas, fregonas, lejías y amoníaco. Mujer trabajadora que por circunstancias de la vida no pudo estudiar, tener carrera y aspirar a otras metas. Mujer trabajadora nacida en otra época y en otras latitudes. Mujer trabajadora curtida en otra cultura y en otra mentalidad. Mujer trabajadora honrada, noble y servicial. De las que dan más de lo que piden, de las que ofrecen más de lo que está hablado, de las que hay pocas.

Nunca faltó una sonrisa en su cara cuando me ve entrar en casa de mis padres para almozar. Sé que se alegra de verdad de verme: me ha visto crecer, me ha visto hacerme hombre. Es casi de la familia.

En este país hay muchas Eladias. Muchas mujeres que, unas por necesidad y otras por ayudar en casas de presupuesto humilde trabajan con sus manos en casas de presupuesto holgado. Eladias que rara vez ven reconocido su trabajo.

Eladia es mujer y trabajadora. La que más.

2.3.06

Carlito y Gail



La lluvia cae sin parar. Es de noche y Carlito, enfundado con esa cazadora negra, camina entre las azoteas de los edificios. Está solo en la oscuridad, en la noche y en su lucha por recuperar lo que fue suyo: Gail.

La lluvia moja la ventana desde la que Gail baila. Pasos de ballet, despacio. La luz que sale del ventanón ilumina la noche de Carlito. La noche y la escena, la escena y la pantalla. Carlito observa en silencio, la mira, la espia, la añora, la ama. Mojado, enamorado. Ella no lo sabe, pero en ese momento de sus prácticas de danza sólo están ella y él en el mundo.

Es un momento mágico, por eso la música tiene que ser magia también. Es el "Flower Duet" de la ópera Lakmé, de Delibes.

Hacía años que me enamoré de esa escena de la película "Carlito´s Way" (atrapado por su pasado en la traducción española). En una época en la que no había internet, era difícil averiguar cómo se llamaba esa pieza de música.

Hoy, tras ver el anuncio del Peugeot 407 por enésima vez en los últimos días (que tiene esa música), me he puesto manos a la obra. et voilà!

Gracias google, gracias internet: al fin di con esta maravilla. No dejo de emocionarme mientras escribo este post. Y es que por cosas así, por estas lagrimas que quieren salir al escuchar una pieza de música, vale la pena vivir.