El trabajo bien hecho.

Hoy ha sido uno de esos días en los que llego a casa con la sensación de que el trabajo quedó bien hecho, con la conciencia bien tranquila y casi con orgullo por haber dado el callo como ninguno. Orgulloso de mí, ciertamente.

Y es que tenía que entrar a las 6 de la tarde, pero aprovechando que hoy no me había levantado muy tarde, me llegué a la frutería del barrio para comprar plátanos, naranjas, melocótones y sandía para los helados de esos sabores (que como podeis intuir son TOTALMENTE artesanos y hechos con la fruta correspondiente).

Después, me llegué al LIDL para comprar 100 kilos de azúcar para esta semana. Cogí el coche y fuí a la heladería a dejar todo aquello. Era la 1 del mediodía, (abrimos a las dos), pero pensé que podía dejar toda la fruta allí 4 horas de que me tocara entrar para que Quique y Luisa fueran pelando la fruta y preparándola para que luego yo hicera el helado.

A las 5 y medía, antes de llegar, fuí a comprar bizcochos para el tiramisú y el borrachito, así ya le quitaba también esa tarea de en medio a mi padre.

A las 6 llegué, y teniendo en cuenta de que mi hermana está de vacaciones y que mañana libro (quiere decir que será mi padre el que mañana haga los helados... y su ritmo no es precisamente el mío) pués me puse las pilas e hice desde las 6 y media hasta la 1 y media de la madrugada 39 cubetas de helado... 156 litros!, eso es un record absoluto de producción en un día...

Acabé rendido. Menos mal que las bullas no fueron muy grandes y no tueve que salir a atender al público... 16 cubetas de chocolate, 2 de sandía, 16 helados de masa blanca, 2 de melocotón, 2 de banana split y uno de plátano... eso más dos masas blancas: la que hice durante la tarde y la última que se queda lista para que mi padre haga mañana la tarea.

Hice la caja, limpié el suelo, le hice una lista a mi padre de todo lo que tiene que hacer mañana (ha llegado un momento en que el aprendiz le dice al maestro lo que debe hacer... como cambian los tiempos) y cerré. Helios y Luisa se fueron y yo me despedí hasta el viernes...

Hasta el viernes, porque desde luego que hoy me he ganado mi día de descanso...