11.9.04

back from Denmark

Aún no llevo ni 26 horas en Sevilla y ya me parece muy lejana la semana que acabo de pasar en Dinamarca... con tiempo para haber trabajado ya en la heladería y aguantar las pamplinas de algún cliente (welcome back), con tiempo de la vuelta a mi semivacío frigorífico y a mis noches de dormir solo... con todos esos detalles que te hacen darte cuenta de la realidad de uno.
Y es que esta semana en Dinamarca en muchas cosas ha parecido irreal. He sentido muchas sensaciones y muy diferentes. Ha habido de todo y eso sí: ha sido muy intensa.
Todo empezó justo con la continuación del último post. Aquella noche, efectivamente no dormí... fueron pasando las horas y empezó una peli en el satelite... me quedé viéndola y por su culpa, casi pierdo el tren!, mi tren salía a las 7:40 camino de Málaga y llegué a a estación a las 7:37!
Creo que nunca me hubiera perdonado no haber dormido ni un minuto aquella noche y haber perdido aquel tren sin poder poner la excusa de "... es que me quedé frito". Pero casi me pasa!, me duché tarde, me deje ir... soy un desastre a veces.
El caso es que tras la carrera para llegar al andén, no hubo tiepo ni para que el revisor llegara a padirme el billete. Cuando lo hizo, yo estaba ya traspuesto con el ticket entre las manos... sobresaltado me desperté cuándo quizo quitarmelo para picarlo: vamos, que el trayecto Sevilla-Málaga lo pasé durmiendo casi en un 100%.
En Málaga, siempre desayuno en el bar Gregoria de al lado de la estación, esta vez no fué menos y tampoco fué mi culpa que el tren de cercanías llegara con retraso... pero el caso es que llgué al aeropuerto Ruiz Picasso con el tiempo justo para mi check-in y el boarding time.
Pero bueno, como parece que tengo una promesa en este aeropuerto, tuve mi puntual visita al servicio de caballeros para ir con un kilo menos en el vuelo... no falla. Es entrar en el aerouerto y tener que ir a hablar con el Sr. Roca.
El vuelo?, durmiendo en su mayor parte, obvio... a las 12 salío y sobre las 3 y media estaba en Billund... ni siquiera comí el lunch-pack que me ofrecían a eso de la 1 de la tarde... ni había mucha hambre y ya preveía que la cena sería no a una hora muy española...
Tras recoger las maletas... Sarah me esperaba en la puerta, empezaban mis días en Silkeborg.