26.9.04

Triana, en el nombre de la Rosa

Ese el el título del espectáculo de la Bienal de Flamenco al que fuímos antes de ayer, viernes. El teatro Lope de Vega fué su escenario.
Cuando vimos a final de julio el programa de esta edición, no imaginaba de qué iba esta actuación (estuve un poco corto de luces, la verdad), fué gracias a la influencia de mi padre, al que le habián hablado bien de su director y coreógrafo, Javier Latorre, que me convencí a ir también a este, en principio desconocido, espectáculo.
Espectáculo que ha sido representado dos días, jueves y viernes. Fué ese jueves 23, previo al día en que yo iría al teatro, que gracias a la radio y también al periódico me enteré de que lo que íbamos a ver era un homenaje en clave flamenca al legendario grupo Triana.
Ya entonces sabía que lo que iba a ver me iba a encantar.
Triana fué un grupo de música de finales de los 70 a principios de los 80 (exactámente del 75 al 83). Yo no había nacido cuando "el patio", su primer disco vió la luz... y cuando Jesús de la Rosa murió en un accidente de coche en 1983, a mis 7 años, aún no sabía nada de ellos.
Triana es una de esas formaciones más allá del tiempo. Creadores de lo que se dió a llamar el "rock andaluz", su música se llenó de leyenda con el tiempo. Como me pasó a mí...
Y empezó el espectáculo. Sobre el escenario, al fondo el cuadro de músicós. Enfrente, 4 hombres, 4 mujeres... y la música. Una vela en el suelo, simbolismo, Triana presente...
"Abre la puerta niña, que el día va a comenzar..." ya desde el primer mínuto sabías que esta hora y media que iba a venir me iba a llegar al corazón.
Y me llegó. Coreografía perfecta, música intemporal, Triana en la memoría con sus letras, pero presente en el trasluz del teatro. Jesús de la Rosa sonaba más aflamencado en las voces de los cantaores...
"Ayer tarde al lago fuí, con la intención de conocer, algo nuevo..." el montaje del baile, precioso, perfecto... a lo largo de todo el concierto, a veces bailaban dos a dos, a veces en solitario, a veces los 8... pero todo acompasado, en su justa medida, lo que pedía la música.
Pero lo que ha mí me emocionaba era la música. El espectáculo dividido en 6 partes... y al terminar la primera, aplausos... mi padre al lado comentaba "yo ya le doy un 9"... al final les dí un 10.
Empezaba la segunda parte... se jugaba no sólo con la música, el baile y la luz... también con las imágenes. Entre acto y acto, un montaje de video en el que paseando por el paseo Colón frente a la calle Betis en una noche sevillana, los instrumentos se buscan para llegar a la fundación del grupo...
Y mientras, todo iba transcurriendo. Cada estrófa era un recuerdo. Me acordaba de cúando Triana llegó a mí. Era 1993, 1994... el descubrimiento. Recordaba el colegio. A Lucas en clase cantando "hay una fuente niña, que la llaman del amor... donde bailan los luceros, y la luna con el sol..." Aún no sabía de quién eran esas letras... pronto, Julio Jiménez, compañero, me ayudaba a descubrirlos...
Me acordaba de Enrique, con el que cambiaba su música, el tenía "Y llegó al día" y algún disco de Alameda. Fiebre de Triana, compraba en Sevilla Rock sus discos... eran de los primeros CDs que me compraba... no hacía mucho que sólo compraba cintas.
Por entonces hasta tocaba un poco la guitarra... y en el Lope de Vega "hey amigo, como estás esta mañana..." sonaba Sr. Troncoso y me acordaba de mi tío Fali, que me enseñó los acordes en la guitarra de ese tema... el sí vivió aquellos años.
Nudo en la garganta, ojos llorosos: emoción, éxito... lo habían logrado. Telón y una imagen jugando con las velas para escribir "Triana" en la pantalla. Al segundo me puse de pié... aplauso, aplauso, sonrisa, recuerdos, Triana.
P.D: cada uno de los 3 links con la palabra Triana que aparecen en este post llevan a una página diferente sobre el grupo.