6.10.04

memorable 2 de octubre: la despedida de soltero de Juan.

... memorable, histórica, inolvidable, insuperable... son algunos de los adjetivos que le vienen bien a lo que vivimos el sábado 2 de octubre en la despedida de soltero de mi gran amigo Juan... que se casa este día 23 (ya queda menos, Juanito...)

Y eso que esta vez no organizamos la despedida en 4 diferentes citas cada jueves durante 4 semanas, cómo hicimos en la anterior (la despedida de Pablo). Esta vez, algún que otro e-mail, una cita un miércoles dos semanas antes y la última y definitiva 3 días antes del sábado... algunas llamadas de teléfono, algo de improvisación y BINGO!

Algunas cosas cambiaron con respecto a la anterior despedida... Juan, a diferencia de Pablo, no sabría en que fecha sería su gran noche, y esta vez, el novio no aportaría nombres de gente que una vez todos juntos no se conocen realmente para que fueran a su despedida... nada de eso: esta vez los colegas de la pandilla de toda la vida organizan una despedida sorpresa para el novio y para nosotros. Todos juntos toda la noche.

Pero lo que marcó la despedida de Juan fué la idea del tándem... y todo tiene su historia. Realmente todo empezó cuándo se supo la noticia de que Juan se casaba, allá por agosto del año pasado... en aquellos tiempos, a Juan no le hacía tanta ilusión casarse como hoy por hoy (menos mal que la cosa ha cambiado). El caso es que si podía, evitaba dar detalles, dar la fecha... había cierto secretismo, la verdad (Juan, no te cabrees... que eso fué el año pasado y ya sabemos que te hace mucha ilusión casarte con tu nuevo traje y tus nuevos zapatos...)

Así que nosotros, que somos un pelín mamones, decíamos medio en broma medio en serio que de secretismo nada... que se iba a enterar toda Sevilla que Juan se casaba... que que mejor que pasearse con un tándem por Sevilla anunciando con una pancarta que llamase la atención que nuestro amigo pasaba por la vicaría... jeje, qué risa...

Y bueno, a pesar de que la ilusión de boda ha crecido, la idea de ser un pelín mamón a cuenta del novio no cayó en el olvido... y lo del tandém no se olvidó.


... y lo hicimos. Todo el día antes de la despedida... Me llegué a una tienda de bicis que alquila tándenes, le eché un vistazo, acordamos las condiciones del alquiler y junto con Jose, hicimos la ronda de llamadas... a las 10 de la mañana del sábado quedamos Rafa y yo primero (para comprar lo necesario para hacer la pancarta) y después también Fernando para ya recoger el tándem en la tienda... Rafa conduciendo su coche mientras Fernando y yo teníamos nuestra primera experiencia llevando una bici a dúo. En una hora, la pancarta estaba lista secándose en el patio de casa de mis padres...

El motivo de la pancarta?. La idea original de esta boda... "Lo que diga Amelia: Juan se casa". Jeje... gracias Jose, genial tu ocurrencia.

La cita?, a las 6. La idea era que Juan salía de trabajar a las 7. así que a las 6 recogeríamos el tándem, a las 6 y media estaríamos ya en a puerta de su trabajo y no nos perderíamos la carita que iba a poner el homenajeado... todo perfectamente planeado.

Pero oh!, sorpresa!: Juan salío de trabajar a las 6 y media y a todo el grupo se le escapó (yo aún estaba llegando, que salí de trabajar a las 6 de la heladería). Qué hacer??

Fué entonces cuándo Jose demostró que estaba en estado de gracia... yo me lo perdí porque aun no había llegado, pero me han contado que estuvo sembrao cuando entró al restaurante y pidió a los empleados que por favor lo llamaran por teléfono con alguna excusa para que volviera (imaginarse, que volviera al lugar de trabajo un sábado a las 7 de la tarde, cuándo empieza su cortito fin de semana...). Insistiendo e insistiendo... Jose resolvía improvisando cada pregunta que pudiera surgir... pero no consiguió que las empleadas convencieran que Juan (que estaba ya en su casa) volviera ipso-facto a cerrar no sé qué puertas... que si acaso lo haría a las 9 de la noche.

Y tuvo que seguir improvisando: lo llamó para que viniera al centro a tomar café con él, y así lo conseguimos... la espera fué tensa, pero a eso de las 7 y media (yo al fin llegué y no me perdí nada más) Juan estaba esperando en la esquina de la Avenida de la Constitución con Alemanes...

Sonó el móvil de Jose -illo, dónde estás?, que ya estoy aquí esperando...- ya estaba... era el momento de coger el tandém, Fernando y yo lo hicimos, y los otros 5 (Antonio Jesús, Rafa, Pablo, Edu y Jose) detrás corriendo y con unos pitos formando un escándalo espectacular en plena plaza Virgen de los Reyes (dónde está la Catedral). Era para vernos... un trayecto de unos 300 metros...
Jamás olvidaré la cara de Juan. Al principio no reaccionó, tardó unos segundos en darse cuenta de lo que estaba pasando... pero cuándo se dió cuenta, ufff!!
Fué entonces cuándo me dió el ataque de risa más grande de mi vida (literalmente), creo que esta ha sido la vez que MAS me he reido en mi vida, sinceramente y no es una forma de hablar... (esta foto lo refleja). Juan no sabía que cara poner, cómo reaccionar... los 7 pitando, los 7 gritando "Juaaaan se casaaa!!", el tandém llamando la atención, la gente haciendo fotos (es una de las zonas más turísticas de Sevilla), qué risa!, inolvidable!

Hicimos que Juan se subiera al tándem, aunque no fué posible pasearlo por casa de sus suegros... (se negó, qué maricona...) pero bien que pedaleó por la avenida de la Constitución hasta el Salvador con Jose detrás, pitando con su silbato...






Y bueno... Ya en el Salvador, aparcamos la bici, y empezamos el cerveceo a las 8 de la tarde... la pancarta bien visible, y de vez en cuándo, una buena pitada y que toda la plaza se enterase de que Juan se casaba... todos gritando "Juaaan se caaasa!!"

El tándem lo guardamos, pero la pancarta nos acompañó toda la noche. Juan tuvo que cancelar su cena con Amelia (la llamé diciéndole que habíamos secuestrado a su novio...) y la noche siguió... muchas cervezas, muchas, muchísimas... y todo un recorrido triunfal por Sevilla con la pancarta en ristre...
Del Salvador a la calle Vidrio (dónde cenamos y la pancarta presidió la mesa), camino del bar donde cenamos aquella noche... todo un recorrido por La Alfalfa, la Calle Aguilas, la Plaza de Pilatos y esa zona antigua de la ciudad... tuvo suerte Juan que no estuviera muy concurrida, pero hubo ocasión de que hasta los coches le fueran pitando al ver la pancarta y la que estábamos formando...


La cena, al más puro estilo sevillano, a base de racienes y medias raciones y con muuuuucha cerveza... eso sí, Juan aguantó el tirón con "su" pancarta toda la noche presidiendo la mesa. No me digais que no está mono en esta foto...





El caso es que la noche se fué animando. Llegamos al pub "Tango" dónde ya las cervezas se quedaron atrás y pasamos al pampero-cola los unos, al Jameson-cola otros y al malibú con piña las mariconas de Juan y Jose (pero esa que bebida de niñas es??). El alcohol empezó a hacer sus efectos (realmente, empezar a beber desde las 8 tiene sus cosas) y claro... nos vimos con los calzoncillos que regalaban en el bar de publicidad puestos encima de la ropa, haciéndole fotos a todo lo que se movía, hablando a esta rubia, a aquella... lo de la despedida de soltero es una gran excusa.



Pero vamos, que el que realmente fué el rey de la noche seguía siendo Juan, todas las niñas nos adoraban, como podeis comprobar, pero todas querían hacerse la foto con el homenajeado... no creo que Juan olvide esta noche facilmente.
Salimos del "Tango" y de ahí al local dónde cerramos la noche... jeje. Por supuesto hubo strep-tease y aunque hubo que esperar, a Juan lo pusimos en calzoncillos en el escenario de "Carrusel"... insuperable... No se porqué no nos dejaron entrar con la pancarta. ¿No creéis que hubiera estado muy bien haber visto el show con la pancarta a modo de club de fans cuando Juan disfrutaba de sus minutos de gloria en el escenario?

No me he reido más en mi vida... Me lo pasé genial y espero que no haya que esperar a otra despedida para que nos volvamos a juntar los 8 (sólo faltó Dimas, que es un caso perdido) y volver a disfrutar de una noche así. Inolvidable...

Sólo un pero... la despedida no acabó hasta a la mañana siguiente, el domingo, cuándo este que escribe, con una resaca enorme, tuvo que ir en autobús a casa de mis padres, recoger el tándem y llevarlo yo sólo al parque del Alamillo para devolverlo... mamones!, gracias por ayudarme!

Pero valío la pena todo... noches así pasan a la historia...

1 comentarios:

Blogger Unknown dijo...

como pude pasar por alto este post...
bien por Juan seguro que no lo olvidara.. jajaja... bueno ninguno lo olvidara...

y uds..?!son pero arguenderos... jajaja

12:38 a. m.  

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