Madrid y sus sensaciones: Loles.
Una de ellas es Loles. Gracias a ella que me pude quedar aquellas dos noches en algún sitio sin tener que pagar hostal. Evidentemente que sin tener dónde quedarme, lo más seguro que no me hubiera animado a pegarme las 6 horas y cuarto de autobús por partida doble.
Así que Loles me recogió en la estación Sur de autobuses. Pozuelo era el destino... todo un detalle por su parte cederme su habitación y hacer que una compañera de piso pasara aquellas dos noches en casa de su novio, durmiendo Loles en esa otra habitación.

Un error salir de aquel bar, que no encontramos nada más abierto y esperar el nocturno se hizo eterno... pero recordaré con cariño aquella noche.
Al día siguiente visitamos una exposición sobre Gauguin paseando por un Madrid luminoso. Calle de Alcalá y Sol... fué el último rato que pasé con Loles. La rutina diaria seguía para todo el mundo a los que visité en Madrid y entrevistas de trabajo y ciertos proyectos volvieron a la cotidianedad de esta cordobesa en el exilio voluntario... entonces, volví a casa.
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