31.10.04

Amelia y Juan, Juan y Amelia.

Cuando empezé este blog, recuerdo que el primer post serio fué el de una boda... la de Inma y Pablo... 4 meses después, segundo post sobre una boda... 23 de octubre, Amelia y Juan.
Y es que sí... nos hacemos mayores. Esta es la 4ª boda desde agosto de 2003, y a la que le seguirán dos más en el 2005... mis amigos se van casando y sin querer, van metiendo presión a los solteros... (o eso se creen, jeje...)
Pero a decir verdad, y aunque tengo en gran estima a las otras tres parejas que he mencionado, esta boda es hasta la fecha a la que más ilusión me ha hecho ir, ir y estar presente, formar parte, ser testigo, participar... no es un pareja más.
Y no lo es... yo estaba ahí cuando todo empezó. Era febrero de 1993, y mi amigo Juan ya hacía un tiempo que me comentaba que le gustaba una chavala también del colegio... Amelia. Lo malo es que ella estaba con un amigo de ambos.
Por suerte (como el tiempo ha demostrado), lo de Amelia y Jose Luis no funcionó, y Juan pasó al ataque... me arriesgo un poco, pero estoy casi seguro que empezaron a salir el 23 de febrero de aquel año... Juan con 17 años, Amelia con 15.
Fué bonito compartir aquellos meses hasta la feria y pasando mayo los cuatro, yo con mi novia de entonces (fuerte palabra para una relación de 4 o 5 meses cuando se tienen 16 años), Victoria y ellos dos... congeniabamos muy bien.
Aquel verano del 93 fué peligroso, movido y turbulento... Juan y Amelia lo dejaron, hubo movidas típcas de la edad... pero llegando el nuevo curso, él tenía muy claro que quería volver con ella. Lo recuerdo con un recorte de fotografía de ella en la cartera que me enseñaba con algo parecido a la añoranza y a la necesidad... Amelia tenía que volver con él.
No fué fácil... Cartuja´93 y aquel tortazo. Pero finalmente, Juan consiguió volver con Amelia, aunque los cuatro no pudimos volver a juntarnos... Victoria no quiso volver conmigo.
Hoy eso queda muy lejos. 11 años después, Victoria no es más que una historia de adolescencia, pasaron Patricias, Lorenas, Anas... y llegó (gracias) Sarah... pero Amelia y Juan siempre fueron testigos de todo. Los novios eternos...
Y se casaron. Dejaron de ser eso, novios, y fué por todo lo que cuento que el pasado 23, en mi balcón, cuando escribía la tarjeta que acompañaba al sobre de boda, no podía más que acordarme de aquel año 93 y sentirme orgulloso de estar presente en ese día. Con ellos.
Les deseo todo lo mejor, obvio. Pero a ellos especialmente, porque Amelia y Juan, Juan y Amelia (que me llamaron desde Egipto en su luna de miel para felicitarme por mi cumpleaños!!) forman parte también de mi vida y de mi historia...

estas dos fotos separan abril del 95 a octubre del 2004... tanto entonces como ahora, Juan no se entiende sin Amelia ni Amelia sin Juan