Valenciálvaro.

-"... el caso es que yo, Dani, soy un tipo con suerte, soy consciente..."-

Álvaro, vestido de traje y corbata, se sienta delante nuestra. Sarah al lado mía y entres los tres, una mesa compuesta por un carpaccio, una botella de lambrusco tinto, una lasagna y dos pizzas. Calle Salamanca, terracita en la calle, Valencia, un jueves cualquiera. pagaba Ernesto ( ;-) )

-"... imagínate aquella vez que venía de haber estado de juerga toda la noche, resacoso y fijate... vaya atasco en medio de la carretera!, uno de esos de tener que apagar el motor, freno de mano y claro... qué pasó?"-

-"te quedaste dormido?"-

-"Joer, frito!!, pero lo peor no fue eso!, lo peor fue cuando me despierta un gurdia civil aporreando la ventanilla!" con toda la carretera por delante despejada... está usted bien??, sísí... que me he quedao dormido, perdone... pero seguro?, qué llevan pitándole 15 minutos!, sísí... ya arranco, perdone!"-

-"y no te pasó nada con la Guardia Civil?"-

-"Nada tío... arranqué, se fueron y a medida que me iba adelantando la gente me iban insultando... cabrón!!, estás amamonao!!... pero no me pasó nada!"-

Y seguíamos charlando... Copenhague, Peter, Dakota, Erasmus, aquel fin de año, historias... y seguiamos comiendo, bebiendo. Entre calada y calada Álvaro, recostado en la silla decía -"pero qué maravilla!"-

Y efectivamente: una maravilla. Eso de conocer a gente tan de puta madre como Álvaro hace más de 3 años, que nos hayamos visto en ocasiones contadas, que la última vez fuera hace 17 meses y que con simplemente marcar un teléfono y decir -"tío, estoy en Valencia, unas cervezas??"-. Eso sí es una maravilla.

No existe ese -"querrá?, tendrá tiempo?, no será raro después de tantos meses?"-, hay gente que sabes que está ahí siempre, gente que vale la pena haber conocido. Gente que bien vale un viaje por sí solo.

Y sí... L´Oceanogràfic, L´Hemisfèric... el hotelazo, la Plaza del Ayuntamiento, el Miguelete, el Barrio del Carmen... pequeñas maravillas, momentos para recodar, fotos en nuestros álbumes. Pero Valencia será siempre sinónimo de Álvaro: sinónimo de aquel jueves, de tan buenos ratos pasados y de los que, estoy seguro, volveremos a pasar.

Un abrazo y gracias!!