19.1.05

Una carta.

Antes de que el e-mail fuera algo cotidiano, como parte de las cosas que podemos hacer con el ordenador de casa, hubo un tiempo en que internet era algo desconocido, e incluso hubo un tiempo en que no existía.

Entonces, la gente como yo escribíamos cartas... esas que ya parecen parte de un mundo pasado, cartas de folios y folios, cartas en verano, cartas a los primeros amores, incluso cartas que no se enviaban.

Cuándo conocí a Gabi y a Ana, en 1998, estaba yo aún en esa época previa a la cibernética. Internet sonaba ya, pero a algo lejano e inaccesible. Mientras, fueron dos años de mucho contacto... se enamoraron de la Semana Santa y de Sevilla aquella primavera y repitieron en el 99. Entre fecha y fecha, aquellos diez días en Vigo del verano y algunas cartas manúscritas.

Era una ilusión. Recibir una carta de Gabi y Ana era un acontecimento. La leíamos todos, Lorena y yo, Juan y Amelia... incluso Ana nos leyó en voz alta la última que no llego a mandar cuando estábamos todos juntos en el reencuentro del 99.

Cartas kilométricas, cartas llenas de detalles, cartas que unían... después, llegó internet con su fuerza incipiente y creimos que estaríamos más unidos... pero no fue así.

Fue en el 2001 que nos volvimos a ver. Mi camino de Santiago tuvo la culpa. Ya hacía tiempo de la última carta y algún que otro e-mail perdido había llegado como esperanza de la comunicación de los nuevos tiempos...

Y desde entonces, nada más... no sé que tuvo la culpa, si la pereza para responder a mis e-mails comunitarios de Dani en Copenhague o qué se yo... el caso es que ya hacía muchos meses que me preguntaba qué habría sido de ellos. Ese sentimiento entre la pereza, el miedo a que ya nada sea como antes y el "quizá lo haga mañana" de coger el teléfono y simplemente llamarles y charlar por el gusto de charlar.

Ese sentimiento que se tiene en Navidad y que no se sabe muy bien porqué se vence con más facilidad... como contaba en el final de este post, llamé.

Y al poco de hablar por teléfono, una idea. Tenía que retomar nuestra pequeña historia, y tenía que ser por carta...

Así que el lunes dejé en correos un sobre con siete folios y medio de papel escrito, de un resumen del Dani que dejaron en Santiago de Compostela en julio de 2001 hasta el Dani del domingo 16 de enero de 2005. Un Dani que espera volver a contar con Gabi&Ana como parte de su cotidianedad.

Porque la gente que vale la pena valdrá la pena siempre, pase el tiempo que pase.

2 comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

GUAPISIMO!! OJOS CLAROS, PIEL BRONCEADA, CARA TIERNA, SONRISA ANGELICAL. !!MI SUEÑO!! SIN PALABRAS... Y TAN LEJOS :(

9:50 p. m.  
Blogger danirmartin dijo...

Ole mis fans! (o será de cachondeo??)

9:56 p. m.  

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