9.12.05

A cidade

No hizo falta que saliera al fin por el otro extremo da ponte 25 de abril, dejando el atasco que produce el peaje a mi derecha, para saber que se me quedaron muchas cosas en el tintero.

Tres noches en Lisboa que no llegan a ser tres días completos me supieron a poco. Son demasiadas imágenes soñadas cuando uno planea el viaje con ganas de ser vividas. Demasiadas imágenes recordadas con el deseo de ser de nuevo sentidas.

Encima se nos ocurrió subirnos a aquel tranvía. Aquele elétrico, convertido en reclamo turístico. Una hora y veinte minutos de descubrir nuevas calles, nuevos barrios. Una hora y veinte minutos repitiéndote –“aquí hay que venir”-

Así, nada más salir da Praça da Figueira, la voz en off que salía por los auriculares nos decía en un español con acento lusitano que a la izquierda podíamos ver la escalera que conducía al barrio da Mouraria. Giré la cabeza y vi a dos niños de unos 8 años bajarlas corriendo.

-“el barrio de la Mouraria es la cuna del fado, música símbolo de los lisboetas y un poco de todos los portugueses”- Decía. Aquellos niños corriendo escaleras abajo y yo deseando que el tranvía parase y ser yo el que las corriera escaleras arriba. –“Nunca estuve aquí, tengo que venir”-

Entre ruidos de maquinaria antigua, paradas imprevistas por coches en doble fila y miradas a derecha e izquierda la sensación era que Lisboa se extendía sin fin, desconocida. Yo que siempre he presumido de conocerla bien no dejaba de apuntar mentalmente los nuevos sitios que visitar.

Bajando por la Rua da Graça la mujer de la voz nos hacía mención a que unos metros más allá se celebraba cada martes y sábado la Feira de Ladra. Le dije a Sarah “mañana vamos!”, quizás encontarse de nuevo aquel tipo que vendía CDs usados y que gracias a Miguel me vendió “Lisboa”: el concierto en disco doble, primer compacto de los Madredeus que tuve.

Pero el tranvía siguió su curso y en la Alfama quise perderme por las calles y pasar la tarde en uno de sus miradores, en el Chiado sentarme de nuevo con Pessoa en la cafetería Nicola, en la Assamblea da Republica gastar toda la memoría de mi tarjeta de la cámara de fotos… realmente iba a tener que seleccionar muy bien el tiempo que nos quedaba en la ciudad.

Entre a Madragoa y Lapa le conté historias a mi novia acerca de clases de portugués y niños pijos sin darme cuenta que faltaba poco para que, terminando Rua de São Paulo y Praça do Município, la tarde sólo nos dejase tiempo para almorzar y a mí con ganas de que al día siguiente no fuese martes y nos tuviéramos que volver.

Pero no fue de nuevo domingo, ni siquera lunes: fue martes y no hubo tiempo para nada de lo imaginado ni de lo recordado. Volvimos y atrás se quedó a cidade. Esa que está hecha para que yo la sueñe.

8 comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Si te soy sincera, nunca me ha llamado la atención Portugal. Ni tan siquiera nunca me he planteado un posible viaje allí, Pero simplemente de leer lo mucho que tú disfrutas de Lisboa, dan ganas de cojer la maleta y no soltarla hasta llegar allí.

Besos primi!!

6:06 p. m.  
Blogger grelinno dijo...

y sin embargo hay veces que ese sentimiento de aún tener cosas por descubir, ese "dolor" del regreso, del tiempo que pasa demasiado pronto cuando uno quiere que los segundos sean días enteros, y ese saber que todavía queda una ciudad o mil que todavía no conoces... muchas veces ese mismo sentimiento es el mejor con el que uno puede despedirse de un lugar porque más allá del "dolor", del desasosiego, significa un regreso incierto pero seguro, una ciudad, un lugar, al que uno siempre puede regresar, ya sea en realidad, en sueños o en un simple fado murmurado al oido.

Y es que Joaquin Sabina y Ana Belén pueden cantar lo que quieran que yo (pese al miedo) cada vez me convenzo más de lo contrario y Que al lugar donde has sido feliz [no] debieras tratar de volver.... siempre hay que tratar de volver. BESOTES

12:00 a. m.  
Blogger Martushka dijo...

qué razón tienes! siempre hay cosas que uno no conoce de las ciudades que le gustan. Mi ex adora Lisboa, y como de aquí pilla muy cerca cada vez que puede se escapa.
Qué pena no haber visto tu mail antes, joer... eso sí, con la miniguía que preparó greli he visto casi todo lo más señalao!
P.D: el té del Nicola está super rico!

11:08 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Siempre nos quedará Lisboa, DaniMartin. Y más si me lo cuentas así, que el tiempo no se podrá estirar, pero de ganas vamos servidos, ¿verdad?

2:22 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

cariñooo jajaj he visto tus omentarios en los 2 sitios...ando como puta por rastrojo sin tiempo para nada...toda la semana curando poniendo copas...!!!!!!!! pero que sepas que me he sentido muy pero que muy halagada!!! un besazo pa ti!!

1:07 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Es una auténtica pena que te quedaras con ganillas de más. Pero buenooo, simpre hay que mirar el lado positivo y ahora ya sabes a que sitios tienes que ir la próxima vez y así aprovecharás mejor el tiempo, no??

Un besooo

3:41 p. m.  
Blogger Raúl Ramírez dijo...

Saludos. Descubrí tu blog en un rato pirfeando. Me encantó tu presentación...

10:55 p. m.  
Blogger Unknown dijo...

Uma foto de Portugal.. tão bom!! :)
Ainda bem que gostas-te do Bairro Alto em Lisboa, mas acredita que temos muitos.. muitos mais sítios maravilhosos para descobrires!
Beijos de Portugal :)

8:25 p. m.  

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