8.3.06

Eladia.

Ya pasó los cincuenta y sigue el pié del cañón.

Los martes y viernes llega a media mañana a casa de mis padres. Con su propia llave: son muchos años ya de confianza plena.

Antes de llegar al centro se habrá levantado muy temprano. Habrá dejado listas en la suya propia las cosas que va a hacer en casa de mis padres. Habrá esperado un buen rato en la parada de un autobús de línea, pero habrá llegado puntual a la puerta de madera del número 10 de nuestra calle.

Lleva más de trece años con nosotros, pero muchos más limpiando casas. No tiene contratos firmados ni tiene convenios colectivos, no tiene sindicato ni trabaja frente un ordenador. Su word, su excel, sus teléfonos y faxes tienen forma de escobas, fregonas, lejías y amoníaco. Mujer trabajadora que por circunstancias de la vida no pudo estudiar, tener carrera y aspirar a otras metas. Mujer trabajadora nacida en otra época y en otras latitudes. Mujer trabajadora curtida en otra cultura y en otra mentalidad. Mujer trabajadora honrada, noble y servicial. De las que dan más de lo que piden, de las que ofrecen más de lo que está hablado, de las que hay pocas.

Nunca faltó una sonrisa en su cara cuando me ve entrar en casa de mis padres para almozar. Sé que se alegra de verdad de verme: me ha visto crecer, me ha visto hacerme hombre. Es casi de la familia.

En este país hay muchas Eladias. Muchas mujeres que, unas por necesidad y otras por ayudar en casas de presupuesto humilde trabajan con sus manos en casas de presupuesto holgado. Eladias que rara vez ven reconocido su trabajo.

Eladia es mujer y trabajadora. La que más.

5 comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Hasta cierto punto me he sentido algo... reacio a ese sentimiento que describes, a que la felicidad de una persona se pueda basar en un trabajo asi de duro, leal y servicial... pero la verdad es que el mundo de los sentimientos de poca lógica entiende y si, ese es el sentimiento que se puede tener de una "chacha", una asistenta, una mujer y sobre todo, aunque no se vea como tal a veces, una persona. Mi abuelo ha tenido "mujeres" en casa desde hace mucho casi por necesidad y las han habido de varios modos... las mejores, las peores... pero se ve en algunas de ellas que se vuelcan en su trabajo porque les gusta ayudar, verlo todo perfecto incluso fuera de su casa... admiro sus dos ovarios que en mi vida he visto en un hombre, no de ese modo.

3:41 p. m.  
Blogger grelinno dijo...

Ojalá llegue un día no en el que no haya mujeres como Eladia sino un día en el ya no haya que celebrar o recordar al Mundo Macho que la mujer quiere, puede y sabe trabajar... y, casi siempre, mucho mejor que el hombre, que ese hombre macho...

Besotes

6:09 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Bonito homenaje a Eladia, si señor.

Besos

6:20 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Bueno dani, parece que en este post has puesto todo el cariño que guardas hacia esa mujer y hacia todas aquellas anónimas que como Eladia, trabajan tanto sin el merecido reconocidmiento.

Ya no sé como decirte lo increible que me parece tu personalidad.

1 beso primo

10:27 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Joer dani, me has hecho soltar la lagrimilla, te lo juro, y no estoy yo estos ultimos dias para soltar muchas lagrimillas más.

Te diré que la he soltado, porque yo si tuve una Eladia durante casi 17 años, mi segunda madre la llamaba yo, tenia llave de casa como tu Eladia, se permitía reñirme todo lo que quería y en todos esos años jamás discutimos, un día se fué y me dejó a mi y a otras mas a las que cuidaba como a mi, se fué para irse a la Capital a una casa donde si tenía nomina y seguro y pagas extras, pero donde tenía que hablar de usted y llevar cofia, y no paso nada, solamente un pequeño desastre en mi casa y muchos pensamientos por echarla de menos y un día... un día la encontré en el mercado cabizbaja y con los ojos tristes y apagados, y me contó su historia, y me dijo que tenía una gran depresión, allí había encontrado estabilidad econonomica y seguridad pero no se le quería. Sin más le pregunté si quería volver a mi casa, a su casa de toda la vida y chispearon sus ojos y volvió, y todo continuó donde lo habiamos dejado,y un día, volvió a marcharse, esta vez le había tocado la loteria y por fin, podia hacer lo que siempre le había dicho a su padre, a su marido y a sus hijos... dejar de trabajar fregando suelos, como ella decia, y jugar al parchis por las tardes con sus amigas.

Y hoy tu me la has recordado, y has hecho que la volviera a echar de menos, a esa Eladia que me reñía y se reia o lloraba conmigo, a esa Eladia que cuidó de mis hijos cuando eran unos bebes, a esa Eladia que se iba y volvía, a esa Eladia que un día por fin, pudo dejar de serlo.

Tengo que decir que yo siempre, desde que nací, he conocido una Eladia, primero mi verdadera madre, esa si será una Eladia hasta el dia que se muera, y luego, mi Eladia, la que te cuento.

Gracias a todas las Eladias por existir.

10:28 p. m.  

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