30.5.05

Un sueño hecho realidad.

Sí, ya sé que muchos pasáis de fútbol, que ni leeis estos posts... pero qué quereis que os diga, si no lo reflejo en mi página reviento: Mi Betis está en Champioooonssss Leagueeeeee!!!
Cierto es que tenemos que jugar la previa. Cierto que lo mismo nos toca el Manchester United y nos mete seis, pero en agosto, el himno de la Liga de Campeones sonará en nuestro estadio, el balón de las estrellitas estará en el centro del campo, y cada uno de nosotros, en las gradas nos sentiremos, una vez más, orgullosos de tener la suerte y el privillegio de sentirnos béticos.
No os canso más. No hablaré de todo lo vivido anoche. Primero en mi casa y después con mi hermano en la Plaza Nueva. Dejaré en el tintero los sentimientos, la tensión y los nudos en la garganta...
Ahí se quedan. Porque quizás tenga que explayarme el 11 de junio.
Hoy soy feliz, muy feliz.

27.5.05

Cumpleaños Feeeelizzz...

Tú, como los buenos vinos, que mejoran con el tiempo.

Cada año más guapa.

26.5.05

esta vez no sólo soy espectador.

Mayo es mes de fútbol.

En mayo se juegan las clasificaciones finales de liga, los cmapeonatos, las finales de la UEFA, la de la Champions... uno puede ser espectador imparcial o bien, si hay suerte, puede sentir ese mayo de partidos claves como propios.

Entonces, mayo se convierte en una tensa espera.

En cambio, recuerdo el del año pasado cuándo un pusilánime Betis de Víctor Fernández juagaba sus últimos partidos sin jugarse nada, sin aspiraciones. Dejé de ir a los dos últimos partidos de liga en casa prefiriendo quedarme a trabajar cuándo más falta hacía.

Encima, tras la frontera, un Oporto intratable volvía a hacer insuficientes los esfuerzos del Benfica de Camacho... aunque ya avisaba de que vendrían tiempos mejores ganando la Copa lusa.

Aquel fue un mayo y un junio de espectador. Envidia sana viendo a Jorge Costa levantar la copa de Campeón de Europa y sintiendo como propia aquella derrota contra Grecia en la Eurocopa, en la final de Lisboa... España ya se ocupó de que fuéramos espectadores más tiempo del preciso.

...

Sin embargo, vivo este mayo con la ansiedad del paso de cada día dentro de cada semana. Un día menos para el próximo partido... un Betis que ya está haciendo historia, metido en una final y con el sueño de pasear su nombre por los campos más grandes de Europa el año que viene.


Un Benfica campeón 11 años después. Espectádor, sí, pero sintiendo que aquel que veía en la tele portuguesa por satélite con una bufanda que decía "6 milhões de campeões e eu sou um deles" podría ser yo mismo. O 6 millones más uno.

Este mayo ya es histórico. Pero ojalá sea inolvidable: el domingo cerca de las 11 de la noche lo sabremos.

Y llegó...

Ya está aquí.

El toldo del balcón echado, el ventilador en el salón funcionando, el que escribe en calzoncillos, el termómetro de la Glorieta de San Lázaro, a pleno sol, marcando 37º. Lo veo desde la terraza.

En breve, el aire acondicionado del salón volverá a hacer retumbar el piso. El aparato tendrá mi edad... más o menos. El milagro es que aun funcione.

Es el verano sevillano. El que sólo está hecho para valientes.

Y no ha hecho nada más que empezar. Los 40-y-tantos ya están a la vuelta.

23.5.05

Un añito ya.

Realmente fue ayer. Justo un año hace ya que se casaron en Madrid Letizia y Felipe.

Es ideal la coincidencia: todos los medios de comunicación recuerdan el aniversario, y así a mí no se me pasa que hace justo un año, me metí en la página de blogger y creé este "Historias de Dani".

En este tiempo, lo que empezó titubeante, (pués después de ese post inaugurador pasó algún tiempo hasta que los posts empezaron a hacerse habituales), se ha consolidado en mi día a día.

Las visitas que se consolidan, los comentarios que aumentan, el descubrimiento de grandes blogs, de grandes bloggers y de grandes personas y sobre todo, ese gusanillo escritor que no se va, hacen que a día de hoy, este sólo sea el primer aniversario.

Vendrán más.

21.5.05

recibido el testigo.

Bueno, bueno... El gran Grelinno me convoca, lanzandome el téstigo a mí y a otros cuatro bloggers, para que contestemos a este micro-test músical.

Un post rollo "las cinco del viernes", y eso que el aquí mencionado greli ya comentó en su día que no le acababa de convencer la idea de esta famosa página semanal... lo que pasa es que con este circuito-pregunta-contesta-bloguero-musical, nosotros nos lo guisamos y nosotros nos lo comemos.

En fin, allá va:

- Tamaño total de los archivos de música en mi ordenador?

Mmm... vamos a ver... Mi PC... mis documentos... mi música: ahá. Pincho con el derecho y le doy a "propiedades". Oostia!, 3´14 gigabytes. 682 archivos en 61 carpetas... va a ver que ir haciendo una nueva limpia y hacer algún DVD de esos de música pirata en mp3 que llenan un cajón de la mesa de al lado del sofá...

Sí... lo sé. Soy un pirata. Ya hablé de ello aquí. Si me gusta alguna canción, no es que me la baje, es que busco toda la discografia del artista en cuestión... y es que, si hacemos las cosas, hay que hacerlas bien.

- Último disco que me compré:

Pues eso fue justo el 4 de mayo. Homenaje en el cortinglé de discos del Duque, aquel añorado Louvre de mi niñez. Me compré el DVD del concierto de Madredeus con la Flemish Radio Orchestra. "Euforia" se llama. Lo que pasa es que no tengo perdón, porque todavía no lo he visto.

Lo que sí he visto y escuchado, cada cosa en su formato, fue lo que me compré también esa tarde. El DVD por un lado y el doble CD por otro de "Rock & Ríos". El concierto y la gira más importante y más grande que existió en mucho tiempo. Los 80 en estado puro.

Me recuerdo de niño escuchando los vinilos que mi padre ponía en el tocadiscos, los domingos por la mañana. Tenía varios discos del gran Miguel Ríos... "el rock es un bumerang" era uno de ellos y creo recordar que ahí venía "Santa Lucía".

Un día me di cuenta de que me había hecho fan de Miguel. Quizás tuvo también mucho que ver la manera de mi padre de contar lo mucho que recuerda aquel concierto en el año 84, con mi tía embarazada de mi primo marcando barriga y un tío que tocaba la flauta magistramente en "el blues del autobús".

Ya le regalé en su día el doble vinilo un 6 de enero... para aprovechar y pasarmelo a una cinta. Descubrí más joyas... "Banzai", "El Río", "Vuelvo a Granada" o "Un caballo llamado muerte". Sentía hasta envidia por haberme perdido esas historias de aquellos primeros años 80. Una época hecha para haberse vivido con una edad superior a los 6 años...

...

Lo cierto es que, a decir verdad, rara vez me compro un disco. Para que eso pase, tiene que tener un valor extra, algo simbólico... por eso pago religiosamente por CDs de Madredeus o por el DVD de Maná... para lo demás, un poquito de emule.

- Canción que estoy escuchando ahora:

Bueno... ahora mismo lo que estoy haciendo mientras escribo este post y Sarah está frita en el sofá es ver "pretty woman" en telecinco. Supongo que la pregunta es acerca de la canción que más escucho en estos días... mmm, hay unas cuantas: "Hoy no me puedo levantar", del CD de Mecano que me he hecho para el coche es quizás la que se lleva la palma. Y cuando pongo la radio estoy deseando que pongan "Brisa", del grupo musical de Mallorca "La Musicalité".

- 5 canciones que escucho un montón o que tienen algun significado para mí:

Aunque las escuche por rachas, por su significado diría:

"Haja o que houver". Quizás fue la primera canción que escuché de los Madredeus, aquella mañana del 98. Representa el descubrimiento de la voz de Teresa Salgueiros, la sensibilidad de Leão y Magalhães, el inicio de aquele apaixonamento luso...

"En el muelle de San Blas", de Maná. La canción que une los recuerdos de aquel concierto en Hamburgo. (Soy super-fan de estos mexicanos)

"Muñeca Brava", en la versión de Adriana Varela. Ese tangazo de las noches de msn primero y de airesevilla después que representa el descubrimiento de Fabián.

"Maletilla", que para mí es el comienzo real de "Tauromagia", de Manolo Sanlúcar. El mejor disco de guitarra flamenca que existe y existirá jamás. Encima, el CD es un regalo de mi tío Fali, que es el mejor. Representa mucho para mí.

y "Abre la puerta", de Triana, que es el primer tema del primer trabajo de este mítico grupo sevillano de los 70. Representa el momento en que llegué de Sevilla Rock, apagué la luz del salón y puse el equipo a tope para descubrir que, efectivamente, hubo un antes y un después de los tres de la calle Feria.

... Estas cinco son solo una muestra. Podría estar aquí hasta mañana hablando de canciones que representan algo, y es que... ¿qué sería de nuestras vidas sin la música?"


Y como no quiero ser menos que mi predecesor, aquí lanzo el testigo a otros 5 bloggers:

A mi prima Arielita, aunque esté muy liada en su nuevo trabajo.
A Jorge y a Peter, para que le den un toque internacional al post.
A Paloma-Pirfa-Pombinha, para que de paso conozcais su magnífico blog y por último, pero no menos importante, a Fabián, para que se anime a volver a escribir y nos sorprenda (seguro) con sus respuestas.

No me falleis!

Y ya de paso, echad un vistazo a los que ya han respondido, como Carol B, Grelinno y los otro 4 bloggers que este último os linkea.

20.5.05

ayer le dije "te quiero".

Mi padre está depresivo.

Todo empezó a raiz de la muerte de mi abuela, su madre.

Y es curioso. Aquel día y los dos o tres que vinieron después no fueron los peores. No fueron ni malos, siquiera. Era como si no fuera consciente de lo qué había pasado, como si la pena propia de una cosa así no hubiese tenido tiempo de explotar.

Pero pasaron los días y con ellos llegó esa pena. Llegó el sentimiento de culpabilidad primero y una especie de tristeza después. La de la certeza de que la vida pasa, de que nada es eterno, de que se hace viejo...

Lo que pasa por su cabeza sólo él lo sabe al cien por cien. Yo sólo puedo contar mi parte, lo que a mí me toca. En tercera persona.

...

Y es verdad que, salvo raras excepciones, a los padres se les quiere. Muchos tienen una relación de amor-odio, cierto, pero en mi caso, la relación es de amor y punto.

Pero es un amor por inercia. Un amor latente... de pequeños gestos, de día a día, pero vacío de palabras. Quizás porque no es fácil decir "te quiero".

Es el valor de esas dos palabras juntas. Combinadas son las más difíciles de pronunciar cuando se dicen a alguien por primera vez. Incluso pierden su valor cuando se dicen todos los días, esos "te quieros" de boca chica de despedida en el móvil que no suenan a corazón.

No se lo esperaba, quizás nunca habían salido de mi boca esas dos palabras dirigidas a él. Pero estoy seguro de que, por su reacción y su sonrisa, le alegré el día.

Ayer le dije "te quiero" a mi padre.

socio nº 9135

Sí, sí, sí!!, ya estamos en Madrid!!

19.5.05

derrota verdibranca.

Con el 1-3 me abre mi hermano el messenger y dice:

-"el equipo rojillo le gana al verdiblanco... yo no digo ná"-

Y encima siendo el de la camiseta a rayas el favorito y el que yo quería que ganase. Qué mal rollo!

Esperemos que el 11 de junio la historia sea al revés...

15.5.05

rarezas

Debió sonar raro.
Seguro que cualquier hipotético vecino no habría entendido a santo de qué desde mi piso se me escuchó gritar "gool!". Pasarían más o menos 25 minutos de los diez de la noche y no cuadraba: hacía ya tiempo que el Madrid y el Sevilla habían terminado su partido y tampoco había llegado el "inservible" gol del Levante frente al Barça, que algo más de una hora después sería campeón de liga.
No. Yo no cantaba ni goles madridistas, ni sevillistas (por supuesto) ni granotas ni culés... nada de eso. Partidos satélites, resultados que influyen de una manera u otra en la clasificación verdiblanca, pero nada más. Esos goles no se cantan ni se sienten.
España pendiente de los dos partidos consecutivos de hoy, y yo, solo en mi salón. Y en la televisión, el gol de Luisão, el frango de Ricardo y el 1-0. Las 22:25 y sólo yo vibrando con ese gol.
Esto de sentirte medio portugués y muy benfiquista tiene estas cosas.

13.5.05

el opio del pueblo.

Hace una semana el Sporting de Lisboa se metía en la final de la UEFA con un gol en el último minuto de la prórroga.

Leía entonces en un blog portugués, hecho por un seguidor do clube leonino, que el fútbol era el "opio del pueblo". (Una pena, porque parece que el autor ha quitado este post). Es un tópico muy típico al escribir.Efectivamente, cuando tu equipo del alma gana algo importante ni dejas de pagar impuestos, ni tu salario crece, ni tienes que dejar de trabajar al día siguiente. Pero no se sabe que tiene el fútbol cuando te duele y se siente, que las alegrías (y las penas) que te produce son las más intensas.

Aquellas reflexiones de este tal Jorge Morais me hicieron quedarme, aparentemente, más tranquilo cuando el domingo pasado hicimos el horario para la presente semana y me tocó cerrar la noche del miércoles 11. Tocaba escuchar por la radio el partido de vuelta de semifinales de la Copa del Rey, donde mi Betis se la jugaba en Bilbao.

No sé a quién quería engañar (ni a mí mismo) con eso de que tampoco pasaba nada por no ver el partido y tener que escucharlo por la radio. Quizá fuera cierto durante la primera parte, pero a medida que el partido avanzaba y Araujo narraba el juego como sólo él sabe hacerlo, los nervios se iban multiplicando.

Encima, mi hermana (que nos tocaba cerrar juntos) estaba missing pendiente del teléfono y de sus propios líos sentimentales. Así que ahí estaba yo: Dentro del obrador con un ojo fuera por si entraba alguien y el alma dentro por si desde la radio llegaba el gol.

No fue una noche de gran venta, logicamente. Toda la ciudad estaba, de una manera u otra, pendiente del partido. Pero eso no quitaba que de vez en cuando algún cliente habitual entrase buscando su también habitual cucurucho mediano de nata y chocolate. Yo lo ponía como intentando aparentar que el fútbol me era indiferente, intentando poner cara de atención y profesionalidad al que me pedía su helado... sólo era apariencia.

Cuándo la prórroga ya había comenzado con el 0-0 final a los 90 minutos, entraron casi al mismo tiempo 6 personas. Una pareja que nunca toma helado, que prefieren un Khalua (ella) y un Bombay con cola (él) y por otro lado, ese hombre con ese anillo del Sevilla FC en la mano que se cree muy amigo de mi padre (el dueño) acompañado de su pareja y de un matrimonio de personas mayores. 4 tarrinas pequeñas con el partido de fondo en los auricuares del amable ancianito del cuarteto y bromitas y comentarios acerca del partido por parte de este cliente del anillo.

Al llegar los penalties, yo ya no podía más. Imaginaba las dos situaciones... si el Athletic pasaba, ¿cómo seguir atendiendo al público sabiendo que algún comentario jocoso iba a tener que escuchar?, si el Betis pasaba... ¿Qué hacía?, ¿cómo iba a poder aguantarme la alegría y seguir pendiente de la barra cómo si nada...?

No salí del obrador durante la tanda de penalties. Menos mal que no entró nadie justo durante esos momentos para pedir "turrón". Entonces Doblas paró el primer penalty de todos y de repente todo parecía más cerca... encima, Assunçao marca el suyo.

Limpiaba con una valleta humeda rincones del obrador que siempre son olvidados, ordenaba cosas que nunca se tocan. Los nervios me podián y no sabía que hacer... no me puedo quedar parado en momentos así.

Cuando Oliveira falla el segundo penalty y la eliminatoria vuelve al empate, todos los miedos y la sensación de que la eliminación está cercana vueleven más fuertes que nunca.

Y empezó el baile de goles. A cada gol bético, un "sí" apretando los puños hacía abajo con rabia. A cada gol del Athletic, un suspiro, un gesto de decepción... Mucho miedo cuándo sabes que el que va a tirar es Denilson y sobre todo cuando el penalty decisivo hasta entonces lo tira Lembo. Por eso cuándo Araujo canta el "goool" la sensación más que de alegría es de alivio.

Y Doblas para el primer penalty de la muerte súbita... Si Luis Fernández marca, el Betis en la final.

...

Sólo la primera décima de segundo del gol cantado por Araujo fué suficiente. Corriendo salí del obrador cantando ese gol, a la calle del tirón... la heladería se queda sola con esos 6 clientes mientras yo celebro que 8 años después, volvemos a una final de Copa.

La Avenida Cortijo de las Casillas temblaba, literalmente. A mi izquierda, Ángel, el del kiosko de prensa hacía lo mismo que yo: cantar gol en la acera. Corriendo fuí a abrazarme a él mientras sentía como las ventanas se abrían y toda la avenida era un grito: -"goooooooooooooooooooooollll"-

El teléfono empezó a sonar. Mi padre, mi hermano... -"nos vemos en la Plaza nueva!"

Decidí cerrar aunque eran las 12:10. Se acabó la venta. Me iba a celebrarlo con mi hermano y todo el beticismo. Un -"no hay cubatas, sólo helados para llevar, que estamos cerrando"- a los 4 sevillistas que entraron. Ni el Beefeater-cola extra que se pidió el sevillista del Bombay-cola previo (que lo hizo queriendo al saber que yo quería cerrar) impidió que a las 0:45 estuviera en mi casa buscando mi bufanda y mi camiseta... se lo tuvo que beber a media luz y con la cancela echada.

Fue una noche larga. De Plaza Nueva y aeropuerto, de gritos, de cánticos, de sensaciones, de opio del pueblo... sí, al día siguiente hubo que ir a trabajar, mi cuenta seguía con esa ridícula cantidad y no me ha llegado ninguna oferta de trabajo nueva, pero esa carrera por el medio de la heladería hasta la calle gracias a Luis Fernández simplemente no tiene precio.

11.5.05

La cagada.

Esta noche que quería escribir, no funciona blogger. Desde luego que hoy no ha sido mi día.

Escribo pues este texto en un archivo de Word, a la espera de poder publicarlo mañana.

Y es que hay días que mejor no haberse levantado de la cama. Yo he tenido uno de esos hoy sin duda alguna.

Pero todo empezó realmente anoche. Serían las 12 y poco cuando de repente, se fue la luz en la heladería.

Después de comprobar el cuadro eléctrico y ver que todo estaba en su sitio y nada había saltado, salí a la calle. No había luz desde la inmobiliaria (que está en obras) hasta el local del final de la calle… son justamente diez locales. Todos a oscuras. Justo al entrar de nuevo, uno de los de la barra de “El Rey de la Cerveza”, el local de la esquina, paraba en nuestra puerta para preguntar si también a nosotros se nos había ido la luz. Fue un momento de alivio (entre comillas, debería poner) el comprobar que la avería no era de la heladería.

Pasaron 5 minutos y la luz no volvía. La imagen de dos vitrinas con más de 40 helados sin recibir frío empezaba a preocuparme. Entonces salí a la calle con la guía de teléfonos para llamar a Sevillana Endesa, pero vi a dos operarios en el cuadro eléctrico que da a la calle en la inmobiliaria. Me dijeron que “sí” cuando les pregunté si estaban reparando la avería y bueno… me tranquilicé un poco.

Mari y yo empezamos a recoger las palas de las cubetas. Tiempo record para dejar los helados de las dos vitrinas listos para ser guardados en el congelador.

Congelador que estaba vacío. Vacío por haberlo limpiado del hielo que se va formando con el paso de los días. Estaba limpio, seco y preparado. Así que justo diez minutos antes de que se fuera la luz, lo cerré y yo juraría que le di al botón de encendido. De esta manera, empezaría a coger la temperatura que necesita el helado.

Son 25 grados bajo cero, pero evidentemente, el congelador no había llegado a la temperatura ideal… pero no había tiempo. La luz se había ido y había que guardar los helados. En un congelador cerrado se mantienen mejor que en una vitrina semiabierta.

Cuando la luz volvió casi 50 minutos después de haberse ido, ya hacía un buen rato que los helados estaban guardados en este congelador a medio camino para llegar a su marca de -25º. Al irme a casa y ver que el termómetro marcaba -5º todo me pareció normal… -“ya va cogiendo temperatura”-



Hoy, a las dos y veinte mi móvil recibió un mensaje. Era de mi hermana:

“Otra vez congelador apagado, joder no miras si lo has encendido!!”

No me lo podía creer… tenía que ser un error. Algo que ver con que se fue la luz. Estaba seguro de haber encendido el congelador. Cuándo llamé a mi hermana, la bronca fue simplemente irreproducible.

Y tenía razón en echármela. Aseguraba que el congelador estaba apagado, que el botón estaba “off”. Que no nos puede pasar más… que hay que mirar si hace falta mil veces para que estas cosas no pasen… (porque nos ha pasado con esta 3 veces en 10 meses, aunque esta ha sido mi primera vez)

Me sentí fatal. Más de 40 helados derretidos. Esto implica tener que trabajar el doble, en tiempo record. Rehacer lo que se pueda, regenerar lo derretido, hacer helados nuevos, estar dos o tres días con mucha menos variedad… cuando colgué el móvil me puse a llorar de angustia.

Juraría que encendí el puto botón, estoy convencido… pero la evidencia decía que no. Sólo me faltaba una cosa así, una cagada de este calibre, justo ahora. Con estas ganas de cambiar de trabajo, con este bajón que me produce el rato que tengo que estar en la heladería, todo ese mal rollo que parece que no termina nunca y que está provocado por este trabajo, esta vida, esta rutina. Hoy le sumo a todo esto una cagada de la que soy responsable y que implica más trabajo no sólo para mí, sino también para mi hermana.

Así que hoy, que era mi día libre (sí, sí… un martes), me planté a las 4 de la tarde en la heladería para cubrir las 5 horas y media que iban desde el turno de mañana y el de noche que le tocaba hacer hoy a mi hermana. Cinco horas y media haciendo helados como un loco.



Al irme a eso de casi las diez de la noche, con 26 helados hechos en ese tiempo, la cosa ya pintaba mejor. Mi conciencia más tranquila. El cabreo de mi hermana desaparecido (o disimulado). Sarah esperaba en casa para irnos a cenar.

Y entonces, pasó.

Juro que no lo hice queriendo. Juro que el golpe que hizo que mi copa de vino tinto se volcara para manchar totalmente el pantalón preferido y la blusa nueva de mi novia fue accidental.

Debería haberme quedado acostado, lo sé.

5.5.05

historias de una boda en Andújar. Carritos del Carrefour.

Son esas cosas que nacen siendo un comentario, una broma, una idea loca...
Así que ahí estábamos, almorzando en el centro de Andújar en un triste bar llamado "El Barril", sentados en una macro-mesa larga de cerca de 20 personas.
No sé quién fue el primero en mencionarlo, pero el caso es que alguién comentó lo bueno que era que el salón de celebraciones de la boda estuviera tan cerca del hotel. Así no había que conducir, así se podía llegar andando... borracho y a gatas al hotel, si hacía falta.
Entonces, la bromita exagerada, con frases tipo:
-"mira que está al lado del Carrefour la discoteca... podíamos coger un carrito para volver al hotel"-
-"jeje... prepararse para las carreras de carritos a la vuelta"-
-"ya sabéis, esta noche, el que esté menos borracho que empuje su carrito, y dentro que vayan dos o tres"-
-"verás tú la cara del de la recepción cuando lleguen 3 o 4 carritos a la puerta del hotel a las 6 de la mañana"-
Son las pamplinas que se cuentan cuándo en una mesa se juntan gente como Jose, Fran o yo mismo. El caso era reirse un rato y pasarlo bien. Ya se sabe que se dicen muchas tonterías.
Así que a la ida, después de la ceremonia y camino del salón de celebraciones, nadie dió mucha importancia al paso por el Carrefour.
...
Pero la noche pasó y ya eran las 5 y media de la mañana cuándo Jose & Inma, Dimas, Sarah y yo decídimos irnos para el hotel. Besos y abrazos a los ya marido y mujer, los mejores deseos y caminito para el hotel.
Entonces llegamos a la altura del antiguo Continente, y Jose y yo nos paramos...
-"a ver, a ver... ¿no decián que había una valla muy alta aquí"-, dije yo.
-"pués yo no veo valla ninguna..."-, respondió Jose.
Entonces Jose dijo la frase mágica:
-"No hay coHones!"-
Nuestras novias y Dimas no se acababan de creer que realmente nos estábamos metiendo dentro del parking del Carrefour buscando los carritos. Pero mucho menos daban crédito cuándo yo llegué a la altura de la pila de carritos, en tres hileras y unidos por esa cadenita que se abre metiendo una moneda de euro, y me metí por debajo de la barrerita que hacía de única protección.
Allí estaba yo. A las 5 y media de la mañana, buscando el único euro que llevaba suelto en el bolsillo y pidiéndole a Jose que me ayudara a sacar en peso aquel carrito.
A los dos minutos estábamos Jose y yo camino de vuelta a la discoteca. Él dentro y yo empujando, corriendo como un loco, los dos descojonaos de la risa...
-"quédate aquí un segundo..."-
Cuándo entré en la ya semi-vacía discoteca, no dije nada. Entré corriendo como el que busca ayuda. Como el que acaba de asistir a un accidente o a una pelea y busca a sus amigos:
-"Fran, sal!!, llama a Juan y a Rafa!!"-
Caras de susto en la gente... todos salimos corriendo y ellos suponiendo que se iban a encontrar algún marrón en la calle. Hasta el dueño de la discoteca salío:
-Qué pasa?, qué pasa?"-, me dijo el encargado de la barra mientras los dos corríamos hacía la puerta... no sé que pensaría cuándo yo respondí con toda naturalidad -"nada, nada"-
Y allí estábamos: todos los de la discoteca habían salido y Jose, de pié en el carrito, esperando con la sonrisa de oreja a oreja...
Os lo podeis imaginar: noche de carreras locas en carritos de Carrefour, riánse de Fernando Alonso, que lo que vivimos en Andújar no tuvo parangón.

Y después de pasear al novio, de probar a meternos dos en el carrito y de gastar la calle, allí se quedó:
El carrito del Carrefour.

historias de una boda en Andújar. En la discoteca.

Por fin llegó el momento de dejar la cena y empezó la barra libre, los cubatas, la música y el baile.

En esta boda, nada de orquesta chim-pum. Se alquiló una sala de fiestas y un DJ, y el resultado fue mucho mejor que en otras bodas.

El follow the lider era original, el Paquito Chocolatero también y así todo el mundo se animó mucho más...

Y claro, como podeis ver en las fotos, ya no tenía tiempo de quitarme las gafas cuándo alguien tiraba una foto... que uno es coqueto y cuando posa, pues se ocupa de aparecer con la cara descubierta, pero bailando, haciendo el ganso, sudando como un pollo y simplemente, pasandómelo en grande, me pillaron con los gafones puestos.
Así que Sarah aquella noche vió doble seguro: no se sabe si fue porque bebiera mucho o porque llevaba 4 lentillas, jeje...

historias de una boda en Andújar. Con Fran.

Una de las cosas buenas de las bodas en general y de esta en particular es encontrarse con gente a la que le tienes especial cariño y que hace tiempo que no veías.
Y tal y como en la boda de Juan y Amelia vino Gonzalo, en esta también vino su hermano (además de el nombrado Gonzalo).
Fran es un crack. Conozco pocas personas con su sentido del humor y su arte. Siempre de buen humor, nunca le conocí un mal gesto.
Fueron muchas sesiones de gimnasio allá por el 92, 93, ese SATO de nuestros sudores y nuestros piques. Esos partiditos de futbito y esos ratos de chistes de Chiquito, de cervezas y de Betis.
Todo un gustazo volver a coincidir con gente así.

historias de una boda en Andújar. La más guapa.

Sin duda, mi novia era la más guapa de la boda.

Sobran los comentarios.

historias de una boda en Andújar. Hasta arriba de comer.

No faltó un sólo detalle en todo el fin de semana. Y como no podía ser de otra manera, nos hartamos de comer!
Empezando por los kilos y kilos de jamón que se cortaron para los 280 invitados que eramos en la copa previa a la boda.
Siguiendo por la cena, con 3 platos de entremeses, un platazo individual de marisco (en la foto), sorbete de limón y segundo plato a escoger entre carne y pescado.
Y acabando por postre compuesto por tarta nupcial, helado y piña.
Por supuesto, hubo café, champán, vinos a escoger, etc, etc... fue una burrada lo que comimos aquella noche, y encima, no contentos con lo que estaba previsto, había un camarero paseandose por las mesas con una bandeja ofreciendo más marisco al que quisiera!
Así son las bodas en Andújar. Nada de platos mega-finos de diseño que caben en una muela y que tiene nombre muy raros. Aquí, langostinos tigres y gambas de Huelva con su blosita de mayonesa... abajo las mariconadas, con dos cojones!!
Y todavía hubo quien, a las 3 de la mñana le metió mano a los montaditos que empezaron a servir en la discoteca.
Gula, eso es gula.

historias de una boda en Andújar. Marido y mujer.

justo antes de la lluvia de pétalos de flores y de arroz...

historias de una boda en Andújar. Participando.

Me sentí honrado en esta boda. Sin duda en más que en ninguna otra a las que he sido invitado.
Y es que todos queremos a Antonio. Es fácil porque él se hace querer.
Del Valle y Modesto leyeron en la misa. Gente de JJAA cercana a él y a mí mismo. Lo mismo hizo Fernando, (en la foto) representando un poco a la pandilla.
Y yo fuí su testigo. Me hizo especial ilusión estar en la sacristía firmando como único téstigo por parte del novio.
Se ve que Antonio me conoce bien y no me hizo leer en una iglesia.
Desde aquí, gracias.

historias de una boda en Andújar. Los hombres del novio.


Guapos, eh?, faltaba Pablo, que hacía la foto.

historias de una boda en Andújar. momentos gays (otra vez)

Ya avisaba en la anterior boda, ya lo pudisteis ver entonces...
Y llegó la boda de Antonio Jesús y volvimos a mariconear un rato.
No me digais que no estamos tiernos aquí él y yo. Y encima ahora con lo del matrimonio gay... pero bueno, hemos llegado tarde, Al final se casó con Ezpe.

historias de una boda en Andújar. El porta-lentillas.

Tal y como reza el título de este post, este fin de semana ha sido la muy esperada boda de Antonio Jesús y Esperanza (a la que no sé muy bien porqué, Antonio llama Ezpe, y así se le va a quedar)

Lejos queda ya el anuncio de la boda, los preparativos, la fé de soltería o la despedida de soltero del novio. Finalmente, el domingo 1 se nos casaron.

Y ha dado para mucho este fin de semana... para algunas historias dignas de posts. Algunas imágenes también dignas de ser compartidas en la blogosfera y sobre todo, para el recuerdo: todo salió genial.

El caso es que como la boda era en Andújar (Jaén) y está a 214 km. de Sevilla, decidimos Sarah y yo irnos el día antes y llegar el sábado. Estar allí con tranquilidad, con tiempo de sobra y pudiendo disfrutar de la previa con mucha gente que también decidió pasar allí el fin de semana entero.

Así que a las 21:45 estábamos en la recepción del Hotel del Val. Un 3 estrellas que no está nada mal. Una ducha rápida y a cenar. Casualidades de la vida (y también que Andújar no es muy grande, todo sea dicho) hizo que llegáramos al mimso mesón-bar del centro donde estaba el resto de la pandilla en una mesa y gente de Juventudes Andalucistas en otra. Estaba claro que la invasión para la boda había empezado.

Aquella noche transcurrió después en una sala romera (que no rociera, que estamos en Andalucía Oriental) y a eso de las 2 y pico volvimos Sarah y yo al hotel.

Fué entonces cuando empieza esta historia.

Buscando en mi neceser, me dí cuenta de que se me había olvidado el porta-lentillas en casa (algo se me tiene que olvidar siempre en cada viaje que hago, si no, no soy yo...). Esto es algo que me suele pasar, la verdad, y la solución siempre es la misma: buscar un vaso y cubrir las lentillas con líquido lo justo y necesario.

Así que una vez más, hice esto. Dejé mis lentillas (que no son un artículo cualquiera, que el que aquí os escribe tiene 5´5 dioptrías de miopía en cada ojo) en el vaso del baño, y al acostarme, le dije a Sarah:

-"oye, ten cuidao con mis lentillas, que las he puesto en el vaso del baño"-

Una Sarah cercana ya a quedarse frita me dijo un lacónico -"sí, sí"-.

...

A la mañana siguiente, cuando fuí a ponerme mis lentillas (es decir, cuando fui a ponerme mis ojos, mi vista, a dejar de ser un invalido), compruebo entre la sorpresa y esa sensación de no estar seguro de lo que hiciste la noche anterior que el vaso estaba vacío.

Miré por el lavabo, incluso por el desagüe... y ya, siendo consciente de lo que había pasado, salgo del baño y le digo a Sarah:

-"oye, que has hecho con el vaso de las lentillas???"-

Al decir "noooooo" llevándose las manos a la cabeza, estaba claro lo que había pasado. Sí, se las había bebido!!

Ya me imagino la situación. Las 5 de la mañana, Sarah se levanta en plan zombie buscando qué beber después de la jartá de cubatas que nos habíamos pegado, ve un vaso en el lavabo, lo llena de agua y bye, bye lentillas de Dani.

Así que así os podeis explicar porqué en todas casi todas las fotos de la boda salgo con gafas: es porque Sarah llevaba mis ojos en su estómago.

3.5.05

seguiremos buscando...

Pués eso.
Después de este fin de semana, de hablarlo, de escuchar opiniones y sobre todo, de imaginarme a mí mismo llamando timbre por timbre para convencer a esa ama de casa de que se cambie de empresa de gas, he decidido que para ser comercial siempre puedo esperar a que llegue el invierno y la heladería cierre.
Mientras tanto, seguiré buscando algo realmente mejor de lo que hago ahora y no perder de vista mi carrera.
Así que os seguiré contando, de momento y entre otras, historias de una heladería de barrio.